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La antorcha, símbolo del primer año del Colectivo en el Gloria.
Con una jornada de espectáculos y actividades abiertas a la comunidad, el Colectivo Cultural de Ingeniero Maschwitz festejó este sábado el primer aniversario de la recuperación del antiguo cine Gloria, que tras permanecer tres décadas cerrado y en absoluto estado de abandono recobró vida plena con el empuje de decenas de jóvenes y mayores que participan de esta activa organización.
“Estamos viviendo una jornada de festejo y satisfacción por estar cumpliendo con nuestros compromisos. Hace un año entramos y prometimos construir acá un centro cultural sin fines de lucro. Hoy tenemos talleres casi todos los días y los eventos que organizamos tienen muy buena recepción y participación del pueblo”, destacó a El Día de Escobar el presidente del Colectivo Cultural, Marcos Federman.
Entre otros logros y avances alcanzados en apenas un año, Federman expresó: “Restauramos y techamos dos espacios y en breve empezamos a construir los baños. Tenemos una radio comunitaria en construcción, una revista y un grupo grande de personas que llevan esto adelante. Hoy somos más, tenemos más proyectos y más esperanza. Hay un grupo humano hermoso, con valores, ética, solidaridad, compromiso y compañerismo”.
“Vamos a terminar de construir este centro cultural cueste lo que cueste, porque es un compromiso que asumimos y porque vemos que el pueblo necesitaba, esperaba y deseaba un centro cultural”, concluyó Federman.
La fiesta colectivera por este primer aniversario en el Gloria incluyó bandas en vivo, música con objetos, una comedia de títeres, un set circense, clases abiertas de tango, exposición de fotos, espacios de ajedrez, radio abierta y varias sorpresas para el numeroso público que se dio cita en el histórico edificio de El Dorado 1518, frente a la plaza de la estación.
Compromiso y valores
Con motivo del primer aniversario de la recuperación del antiguo cine Gloria, el Colectivo Cultural publicó en su página web la siguiente reflexión sobre el proceso que iniciaron el 20 de marzo del año pasado.
“Hay un antes y un después de cada evento. Hace un año un grupo de vecinos, en su mayoría jóvenes, entramos a un viejo edificio que en otros tiempos supo ser un hotel, un cine y una algodonera, con la intención de recuperarlo y construir ahí mismo un centro cultural abierto a toda la comunidad y, como si fuera poco, sin fines de lucro, como lo es nuestra ONG”.
“Pasó un año y pasaron muchas cosas, la mayoría buenas (la enorme repercusión positiva), algunas malas (el invierno) y algunas muy malas (la lluvia durante el invierno). El lugar se encontraba en un estado de miseria y abandono, crecieron árboles adentro, había montañas de basura… Pero, haciendo un poco todos los días, logramos limpiarlo y hacer espacio para las actividades culturales”.
“Hoy estamos en la etapa de reconstrucción con pisos, techos y puertas nuevos hechos por nosotros mismos y ayudados por amigos, vecinos y los comerciantes que nos apoyaron y ayudaron desde que pusimos un pié adentro. En un año logramos más de lo que imaginábamos”.
“Falta mucho por terminar y, justamente, eso es lo mejor de todo: que siempre habrá muchas cosas para hacer. Siempre hay gente que quiere sumar, que quiere aportar, que quiere ayudar… Un edificio no hace a un centro cultural sino que lo hacen las personas, y nosotros trabajamos en construirlo en un antiguo edificio que fue centro de reuniones sociales en la historia de nuestro pueblo y que nuestro pueblo valora todo lo que hacemos y nos mima”.
“Nuestro trabajo, nuestro compromiso, esfuerzo y sacrificio nos llevaron a una posición privilegiada: a soñar despiertos”.
