Una “travesura” adolescente: Al final, la chica de Matheu no había sido secuestrada

Horas después de la aparición de Milagros Miranda, la chica de Matheu que se encontraba desaparecida desde el jueves, se conocieron detalles del caso que echaron por tierra las versiones sobre un supuesto secuestro a manos de una secta. Al final solo se trató de una mera “travesura” adolescente, ya que la menor se encontraba junto a un joven de 18 años con quien tiene una relación sentimental.

La parada de colectivos de Colectora Oeste y Los Cerros, en Loma Verde, fue el lugar donde este martes a la tarde los efectivos policiales dieron con Milagros, quien estaba en compañía de un muchacho identificado como Sergio Fabián Parra. Al notar la presencia policial, ambos trataron de hacerse los distraídos y esconderse de los uniformados, pero sin éxito, según contaron a El Día de Escobar fuentes de la investigación.

El muchacho, quien tiene antecedentes por delitos menores y habría estado vinculado en robos de autos, tenía en su cintura un cuchillo, indicaron los pesquisas, quienes suponen que la idea de la parejita era tomar un colectivo con dirección a Capital Federal.

Con la aparición de Milagros y la confirmación de lo sucedido se dio por tierra con todas las versiones que circularon los últimos días, tanto sobre que podría haber caído en manos de una secta como respecto a que se encontraría en San Fernando.

“Buscamos en San Fernando, porque nos dijeron que allí tenía personas conocidas, pero no encontramos nada. Lo de la secta no tenemos idea de cómo surgió ni por qué”, explicaron las fuentes. También negaron que hayan existido llamados extorsivos. “Lo único que recibieron en la familia fue un pedido de crédito para celular, eso fue todo”.

Lo que está claro es que la hipótesis del secuestro resultó descabellada. “No hubo ningún rapto ni privación de la libertad. La chica se fue porque quiso”, aseveraron en la Policía. De hecho, el mencionado Parra resulta ser amigo de los hermanos de Milagros.

«Fue una travesura que le cuesta cara al Estado, porque la policía movilizó hombres, patrulleros, gastó en combustible y en personal y tuvo muchos dolores de cabeza. Todo un gasto que lo pagamos todos, por un juego de estos chicos», enfatizó indignado un alto funcionario policial.