La comunidad taiwanesa festejó el Año Nuevo Chino en el centro de Escobar. La jornada incluyó diversos números artísticos, un patio de comidas con sabores típicos del continente asiático y venta de artesanías.
La pintoresca celebración del Año Nuevo Chino ofreció este domingo una opción más que interesante para disfrutar de algo distinto en la ciudad, en una jornada cálida pero agradable para estar al aire libre.
El evento, organizado por la comunidad taiwanesa de Escobar, comenzó al mediodía y contó con un sector de gastronomía con sabores típicos del continente asiático, combinados con otros puestos donde la gente podía ver y adquirir artesanías y elementos de decoración. Todo bajo la apacible sombra de la plaza San Martín, frente a la cocatedral.
Por la tarde, a partir de las 16, llegó el momento de los espectáculos artísticos sobre la avenida Tapia de Cruz, en los que el público pudo conocer y admirar algunos aspectos de la ancestral cultura oriental. La participación del legendario León Chino, bailando al ritmo del gong como augurio de buena fortuna para todos los presentes, la danza de los leones, los tambores Taiko y las muestras de artes marciales y bailes fueron algunos de los pasajes más aplaudidos.
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Esta festividad es la más importante del calendario chino y es celebrada en varios puntos del continente asiático. Según la tradición oriental, los festejos comienzan el primer día del primer mes lunar y terminan el día quince, cuando se celebra el festival de los faroles. En este caso se trata del año 4714, que comenzó formalmente el pasado lunes 8.
Del encuentro participó el intendente Ariel Sujarchuk, quien asistió acompañado de su esposa, Laura Russo, y del secretario de Cultura de la Comuna, Fernando «Bahiano» Hortal, junto a otros funcionarios. “Debemos potenciar estas celebraciones que reflejan, una vez más, la diversidad de pueblos, creencias, idiomas y voces que distingue a Escobar. Esta pluralidad tiene que ser el motor para integrarnos como municipio”, expresó el jefe comunal.
El encuentro se inscribió, a su vez, en un camino de apertura que está iniciando en Escobar la comunidad taiwanesa, de cuya cultura poco se sabe pero resulta sumamente atractiva. Por eso esta presentación acaparó tanto interés en los vecinos, que disfrutaron de una propuesta poco usual y con un brillo especial en pleno corazón de la ciudad.