Producto de la severa restricción de gastos encarada en el segundo semestre, que incluyó cientos de despidos y cero obra pública, la Rendición de Cuentas de 2015 arrojó un saldo favorable de $26 millones.
De Sandro Guzmán podrán decirse muchas cosas, desde incomprobables hasta evidentes, como el pésimo estado general en que dejó el distrito tras ocho años de gobierno. Sin embargo, el ex intendente de Escobar podrá afirmar sin faltar a la verdad que entregó el Municipio con las cuentas más que en orden, ya que el balance contable de 2015 finalizó con un superávit presupuestario de 26 millones de pesos.
Producto de una severa restricción de partidas que implementó tras haber declinado de postularse para un tercer mandato, el ahora diputado nacional aliado al macrismo logró dejar las arcas saneadas. Y también dinero en caja. Claro que la fórmula incluyó el despido de cientos de funcionarios y agentes municipales, la absoluta paralización de la obra pública y la contracción al máximo de los servicios básicos.
Durante su último año de gestión, Guzmán dispuso de recursos por $862.260.760 y gastó $835.494.977, lo que dejó un saldo favorable de poco más de 26 millones de pesos. Así lo indica la Rendición de Cuentas de 2015, a la que tuvo acceso El Día de Escobar, cuyo expediente -número 15.203/16- ingresó días atrás al Concejo Deliberante y cuenta con la firma del intendente Ariel Sujarchuk.
Se desconoce aún si el expediente será tratado por los concejales en la sesión del próximo miércoles o permanecerá en comisión hasta la siguiente convocatoria. Lo que sí se da prácticamente por descontado es que ningún bloque pondría peros para su aprobación.