Un triunfo de la memoria sobre el olvido: homenaje a Martha Velazco

En una loable iniciativa que se enmarca en el proyecto educativo “Juventud y Memoria”, la Escuela Secundaria Básica N° 8 de Belén de Escobar organizó este lunes 5 un acto sumamente emotivo para colocar una baldosa evocativa frente al domicilio donde fueron secuestrados, en marzo de 1976, la doctora Martha Velazco y su marido, el ingeniero Hugo Morini.

“Esto hace que el trágico destino que han tenido Martha y Hugo no sufra una nueva muerte con el olvido”, destacó Alicia Pagliarani, sobrina de la recordada médica escobarense, quien consideró que este tipo de acciones constituyen “valores para ser un poco mejores como sociedad”.

El homenaje coincidió con el día en el que Martha Velazco hubiera cumplido 79 años y es el segundo que se le realiza en Escobar. Paradójicamente, a fines de los ’90 el entonces intendente Luis Patti impuso el nombre de la galena a la sala de primeros auxilios de Loma Verde.

A la convocatoria, realizada en horas de la mañana en la vereda del domicilio ubicado sobre la avenida 25 de Mayo al 1111, concurrieron el secretario y la subsecretaria de Gobierno del Municipio, Hugo Cantero y Viviana Gaitán, respectivamente; los directores de Educación, Jorge Frazzetta, y Relaciones Institucionales, Juan Carlos Papa; y la inspectora de nivel secundario, Diana Luz Yacuzzi, entre otras autoridades.

También participaron de la jornada varias escuelas secundarias y medias del distrito, Suteba Escobar, organizaciones promotoras de los derechos humanos y familiares y amigos de Velazco y Morini.

“El año pasado hicimos un relevamiento sobre los desaparecidos de Escobar y nos llamó la atención que el pueblo recordada y quisiera tanto a Martha, que fue una persona protagonista de su época”, explicó a El Día de Escobar la docente Irma Juárez, quien junto a su par Luján Manzanos se encargó de impulsar en la ESB N° 8 el proyecto “Juventud y Memoria”, que ya se desarrolla en otros 250 colegios de la provincia de Buenos Aires.

“Que esta baldosa sea una marca visible de lo que aquí ocurrió y que este sea un lugar para tener presente, repetirnos y reafirmar la convicción de que nunca más se repetirá”, sostuvo uno de los tres alumnos que hicieron uso de la palabra.

Tras el acto, los asistentes pudieron ingresar a la vivienda que habitara el matrimonio, donde además se presentó la exposición fotográfica «Ese Maldito Pozo», de Andrés Borzi.