Un policía, de 36 años, entró a la casa de su ex concubina y descargó contra ella y su nueva pareja un cartucho entero de su arma reglamentaria. El hombre falleció casi el instante, la mujer quedó mortalmente herida y él, que se entregó en la subcomisaría de Matheu, tiene asegurada la pérdida de su trabajo y una larga estadía tras las rejas. Así, en menos de un minuto, las vidas de tres familias fueron arruinadas para siempre.
Omar Britez trabajaba como perito balístico de la Policía Científica de Zárate-Campana. Hace seis meses estaba separado de Fernanda Verón (31 años), con quien había tenido una larga convivencia y un hijo, de 7 años. Ella, en abril, conoció a otro muchacho, Hernán Ibiris (de 29), y desde entonces empezaron a verse regularmente. Por su parte, el policía (que tiene otros cuatro hijos de un matrimonio anterior) estaba viviendo con sus padres en Benavídez.
En la fatídica noche del jueves 20, Ibiris se quedó en la casa de su novia, situada en la calle Tapia de Cruz 2576, en el barrio Lambertuchi de Belén de Escobar. En otras habitaciones del mismo inmueble estaban los hijos de Verón -tenía otros de una relación anterior- y los padres de la mujer.
Alrededor de la 1.30 de la madrugada, Britez llegó hasta allí en su camioneta. Como todavía conservaba las llaves de su ex hogar, entró sin ser advertido, sigilosamente. Se metió en el dormitorio de Verón, desenfundó su arma reglamentaria y disparó a mansalva contra ella y su novio.
Ibiris recibió siete disparos. Sin embargo, antes de fenecer pudo caminar cincuenta metros, hasta quedar tendido frente al garage de una vivienda vecina. Otros cinco balazos impactaron en Verón -uno de ellos en el pulmón-, quien milagrosamente aún se encuentra con vida, aunque está internada en la terapia intensiva del hospital Erill en gravísimo estado.
Minutos después de su aberrante acto, Britez se entregó en la subcomisaría de Matheu. Ahora está detenido en la comisaría 1ra, pero se espera que tras declarar sea trasladado a otra jurisdicción de la provincia.
Brítez llevaba 15 años en la fuerza y había sido distinguido por su participación perital en el secuestro de Cristian Ramaro, un joven que estuvo cautivo durante una semana, tras ser capturado en su casa en Tigre, en 2004. Además, se indicó que el oficial tuvo una destacada participación en la detención de Horacio Conzi, condenado a 25 años de prisión por el crimen de Marcos Schenone, en 2003, en Béccar.
La causa, caratulada “homicidio calificado y lesiones graves calificadas”, está en manos de la fiscal Paula Gaggiotti.