El intendente Guzmán recibió en su despacho a los dueños de las 916 hectáreas ubicadas en Loma Verde.
Las más de 900 hectáreas que la colectividad taiwanesa adquirió en Loma Verde a fines de los noventa volvieron a ser un tema de agenda en el Municipio, aunque el nuevo y sorpresivo capítulo que se escribió días atrás aporta, por ahora, más confusión que claridad a una historia que parecía definitivamente cerrada.
Con un comunicado ampulosamente titulado “Fuerte política municipal sobre las tierras improductivas en el partido de Escobar”, desde la Comuna se dio a conocer el viernes 20 que el intendente Sandro Guzmán, pese a estar en uso de licencia hasta este jueves 26, recibió en su despacho a un grupo de empresarios taiwaneses a quienes habría intimado a darles un uso productivo a esas 916 hectáreas, so pena de perder la propiedad de las mismas.
El texto oficial informó que Guzmán “se reunió con los propietarios de Yu Chong S.A., con motivo de las tierras que fueron adquiridas en 1998 bajo el compromiso de llevar a cabo determinadas obras en el mencionado predio, como la construcción de un centro universitario”. Agrega que “les comunicó que debido al no cumplimiento de los proyectos oportunamente prometidos, y habiendo dejado esas tierras improductivas durante tantos años, deberán realizar algo allí en forma inmediata”. De no hacerlo, “volverían a ser patrimonio de la Municipalidad”.
Desde la Dirección de Comunicación Social aseguraron que los directores de la empresa viajaron desde la isla asiática “especialmente para esta reunión, donde Guzmán los puso al tanto del gran crecimiento del distrito y les pidió que presenten los proyectos que tengan para esas tierras, dado que se encuentran ubicadas en un lugar estratégico”.
En ese sentido, el comunicado subraya que “no debe haber tierras improductivas que puedan afectar o disminuir el desarrollo de la zona, sin cumplir ningún objetivo social. Por ese motivo, Guzmán fijó un plazo para la presentación de los nuevos proyectos” (cuál es ese término, no dice). También señala que “en el partido de Escobar todavía existe una gran cantidad de tierras cuyos responsables continúan sin cumplir los proyectos prometidos, ni recibir inversiones”, sobre las cuales advierte que se “aplicarán medidas similares”.
Trama confusa
Así redactado, el comunicado despierta puras dudas e interrogantes sobre una ya intrincada historia que data de hace 14 años. En principio, porque las 916 hectáreas que los taiwaneses compraron en 1998 no pertenecían al Municipio sino a un particular. Sí, en cambio, dentro de esa superficie se encontraban 104 mil metros cuadrados de calles y espacios reservados para esparcimiento y equipamiento comunitario, que fueron vendidas a un valor de 900 mil pesos por la administración que dirigía Luis Patti a la señora Shao Hua Chang, en su calidad de representante de la Fundación del magnate Chang Yung-fa.
En esa operación se fijó una cláusula que imponía a los orientales construir un complejo universitario en un plazo original de cinco años que se renovó por uno más antes de caducar y terminó expirando en enero de 2004. Como no presentaron jamás un solo proyecto para cumplir aquel compromiso, el Concejo Deliberante, recién en septiembre del año pasado, sancionó una ordenanza por medio de la cual restableció al patrimonio municipal aquellos 104 mil metros cuadrados. No el resto del inmenso predio, claro está, porque no era propiedad fiscal.
Por otra parte, tampoco se supo que la ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante haya sido vetada en su momento, por lo cual debería estar vigente la reversión del dominio a favor del Municipio. Además, suena incomprensible que se retomen gestiones para hacerles cumplir una obligación de la que se desentendieron olímpicamente y sin dar señales de vida por ningún lado, al menos hasta ahora, extinguidos todos los plazos y las intimaciones que se les cursaron el año pasado.
Seguramente habrá que dejar transcurrir más tiempo para entender mejor este nuevo e imprevisto episodio en la contrariada historia de la colonia taiwanesa en Escobar. No obstante, un aspecto a tener muy en cuenta es que esas tierras se encuentran próximas al parque industrial proyectado en Loma Verde. También afectan la traza del camino de circunvalación que se construiría desde la autopista hasta el puerto del Paraná de las Palmas. Y probablemente más de un inversor inmobiliario deberá relamerse pensando en un rentable desarrollo. Es decir, hay muchos intereses sobre esas 916 hectáreas y, por lo visto, llegó la hora de sacarles todo el jugo.
Por Ciro D. Yacuzzi
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