El militante peronista Juan Tomanelli sumó un nuevo testimonio que complicó la situación del ex comisario Luis Patti, quien es juzgado por su presunta participación en crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
“A fines de junio de 1976 me detuvieron en la calle y me llevaron a la comisaría de Escobar, Luis Patti me hizo ingresar al calabozo 9 y le dijo al cabo de guardia que me negaran, que yo no estaba detenido allí para nadie”, contó Tomanelli. También recordó que fue torturado con picana eléctrica por Patti y su segundo, “un tal Ballestero”, y que pasó 30 días en la comisaría hasta que fue liberado.
Por esos años era cuidador de una quinta en Escobar que lindaba con la que tenía en el lugar el ex diputado peronista Diego Muñiz Barreto, secuestrado por Patti en una carnicería de la zona junto a su secretario, según la acusación.
Tomanelli, además, refirió a un operativo hecho en el lugar durante el cual reconoció a Patti cuando lo alumbraron de frente con una linterna. “El era la voz de mando”, aseguró.
El testigo es hermano de Enrique Tomanelli, que según la Justicia fue secuestrado en Escobar y mantenido de manera ilegal en un camión celular estacionado en los fondos de la comisaría 1ra, al igual que Gastón Goncalvez, por cuyo crimen se acusa de manera puntual a Patti.
Los cadáveres de Tomanelli y Goncálvez aparecieron calcinados con disparos en la cabeza el 2 de abril de 1976 en el barrio El Cazador, junto a un tercer cuerpo, el del periodista y poeta Tilo Wenner, y permanecieron enterrados como NN en el cementerio de Escobar hasta que fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
En la audiencia de este jueves, también declaró ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de San Martín un ex sargento del Ejército, quien sostuvo que el ex diputado nacional Muñiz Barreto estuvo secuestrado en la guarnición de Campo de Mayo hasta que se ordenó su “traslado”.
Víctor Ibañez era sargento del Ejército hasta 1978 y desde la reapertura de las causas por delitos de lesa humanidad declaró en distintas investigaciones y dio decenas de entrevistas periodísticas revelando lo que dijo haber visto en el centro clandestino de detención El Campito, que funcionó en Campo de Mayo y donde él cocinaba y operaba un equipo de radio.
Estos fueron los dos últimos testimonios escuchados en el juicio oral, que tras incorporar por lectura dichos anteriores de testigos que no pudieron declarar en persona, ingresará en su etapa de alegatos finales.
La primera exposición estará a cargo del equipo fiscal y está prevista para antes de fin de año, en una acusación donde no se descarta un pedido de prisión perpetua para Patti.