Un escobarense recorre el país en bicicleta para que se construya una escuela

Optimista. Verón sueña con hacer posible el sueño de una escuela adventista en Belén de Escobar.

No hay pendiente que lo agote ni calambre que lo frene a Ramón Verón. A sus 68 años, este albañil escobarense está lleno de convicciones en cuanto a su objetivo: recorrer todo el país en bicicleta, de La Quiaca a Ushuaia, con la idea de juntar fondos para crear una escuela adventista en el distrito que hace años lo alberga. El camino es arduo y el esfuerzo demasiado agotador, pero la voluntad del corazón puede más en esta linda historia de solidaridad y superación.

El pasado domingo 8 Verón partió con su rodado desde el punto más al norte del país. Su cruzada se llama Todos por una escuela y la meta, además de recorrer el país, es juntar los 6 millones de pesos necesarios para darle forma a un nuevo instituto educativo en un terreno ubicado sobre la ruta 25, en Belén de Escobar.

No es fácil el desafío de pedalear la distancia de 6 mil kilómetros, pero la compañía de un matrimonio amigo -arriba de un remolque, donde comen y duermen el resto del día- más la presencia de su hija Florencia -encargada de actualizar las redes sociales- le da el empuje necesario a este vecino de Maquinista Savio.

«Desde muy chico me gustó la bicicleta. Ya con 14 años había hecho 120 kilómetros entre Villa Guillermina -la localidad santafesina de la cual es oriundo- y Resistencia. Luego fui de Buenos Aires a Bahía Blanca y a Salta. Pero esta no es una iniciativa más», manifestó Verón días antes de comenzar la travesía, que le lleva entre 7 y 8 horas diarias y tiene recorridos de hasta 160 kilómetros por jornada.

Actualmente, Don Ramón, como es conocido por su gente cercana, se encuentra dentro de la provincia de Santa Fe, circulando hacia Paraná, Entre Ríos. Su idea es llegar a Buenos Aires en los próximos días para luego encarar al sur del país, donde piensa cruzar la línea de meta en los primeros días de enero. Este hoja de ruta la realiza todos los días salvo los sábados, jornadas de reposo bíblico para la iglesia Adventista de la cuál él forma parte y de la que obtiene la inspiración en los momentos difíciles para continuar.

Justamente, el proyecto surgió junto a algunas personas con las que comparte el culto y apunta a brindar a niños de la localidad una educación integral, tanto en el plano académico como en la transmisión de valores, siguiendo la filosofía de la red educativa de la organización religiosa. Para ello, el héroe de la bicicleta junta fondos y concientiza con volantes y charlas en cada una de sus paradas.

Su idea era conseguir una bicicleta nueva, pero los tiempos no dieron y Ramón Verón está recorriendo el país con el mismo rodado con el que se mueve hace 18 años. De hecho, con esa bici completó su última maratón sobre dos ruedas hasta el momento, cuando unió Buenos Aires con Curitiba, Brasil, para participar de un campamento con sus compañeros adventistas.

Quienes quieran ayudar, podrán hacerlo donando dinero a través de Pago Fácil, transferencia bancaria o por medio de Paypal. En la web oficial de la cruzada se podrá seguir el recorrido del escobarense, al igual que en las cuentas de Twitter y Facebook.

Pese a las dificultades y con su edad a cuestas, Ramón Verón no se detiene. Pareciera que no existe obstáculo alguno que pueda obstruir el camino de su esperanza: «Quiero demostrarle a la gente que los sueños no son imposibles, que con esfuerzo y sacrificio todo se puede conseguir. Sobre todo a los jóvenes, para que nunca pierdan las esperanzas. Mirenme a mí, ¡tengo 68 años y sigo avanzando en mi bici!».

De La Quiaca a Ushuaia. El albañil escobarense unirá el norte y el sur del país con su bicicleta.

Una escuela adventista en Escobar

Como en cualquier movida solidaria, la meta es obtener algo que falta. En este caso, Ramón Verón pedalea para poder cumplir el sueño de sus correligionarios de tener su primera escuela adventista en el partido de Escobar. «Valoro este tipo de educación por lo que veo en mis hijos», confiesa.

Él, que tuvo que dejar los estudios en el tercer grado, enaltece los valores que se pregonan en este tipo de educación que recibieron sus cuatro hijos, en la que el mensaje de servicio es primordial y las chances de crecer, mayores. «Veo cómo los chicos que pudieron estudiar tienen grandes posibilidades en el futuro, pasó con mis hijos, y también quiero que pase en Escobar, donde hay muchos problemas con drogas», le contó días atrás al portal cordobés Día a Día.

El proyecto, que lo tiene recorriendo el país arriba de una bicicleta, salió de la cabeza de algunos miembros de la Iglesia Adventista de la zona. Con la futura escuela se apuntaría a brindar una educación integral, tanto en el plano académico como en la transmisión de valores, siguiendo la filosofía de la organización religiosa.

Por Alejo Porjolovsky