Cientos de estudiantes marcharon y cortaron calles para celebrar el inicio del último ciclo lectivo de nivel medio, tras haber compartido una vigilia con sus compañeros. Una nueva modalidad, que genera polémica.
Cientos de estudiantes marcharon y cortaron calles para festejar el inicio del último ciclo lectivo de nivel medio, tras haber compartido una vigilia con sus compañeros. Una nueva costumbre, que genera polémica.
Durante los últimos años se desarrolló una costumbre totalmente nueva entre los alumnos de sexto año de la escuela secundaria: festejar lo que dieron en llamar el “Último Primer Día” (UPD) de clases.
Esta celebración estudiantil suele realizarse desde la noche anterior al inicio del ciclo lectivo final y termina a la mañana siguiente marchando al colegio con bombos, tambores, cánticos y bailes, algo absolutamente atípico para esa hora del día.
Las largas madrugadas de vigilia suelen estar acompañadas de música fuerte, algunas bebidas alcohólicas y vecinos quejándose por los ruidos que deben soportar. Una combinación típica para cualquier fin de semana, pero que desde hace un tiempo los jóvenes replican como ritual del último año de cursada escolar, dando rienda suelta a su alegría.
El partido de Escobar no está ajeno a esta novedosa modalidad, que año a año se hace cada vez más conocida. Y este lunes, con el inicio del ciclo lectivo para el nivel medio, tuvo una nueva edición.
Por ejemplo, en la entrada del tradicional colegio Santa María los estudiantes cortaron por varios minutos la intersección de Tapia de Cruz e Hipólito Yrigoyen para hacer un poco de ruido que sorprendió a la ciudad en el amanecer de la semana. A metros de ellos, en el centro de la plaza San Martín, lo mismo hicieron alumnos de los colegios Belgrano y Dante Alighieri.
En Maschwitz también se congregaron decenas de alumnos para celebrar la antesala del último regreso a las aulas de su vida adolescente.
Las redes sociales fueron una caja de resonancia de estas manifestaciones, en la mayoría de los casos con vecinos quejándose de los ruidos molestos y la conducta de los jóvenes, mientras que una minoría más contemplativa se expresó a favor de estas celebraciones, que a veces cuentan con la tutela de algunos padres.
Guste o no, los festejos de UPD ya son una costumbre enraizada entre los jóvenes estudiantes, de cara al cierre de una etapa que nunca volverán a vivir y los marcará para siempre.
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