Sujarchuk viajó a Córdoba y se reunió con el gobernador Martín Llaryora

El encuentro se da en medio de una creciente tensión con Axel Kicillof y su ministro de Seguridad, a quien calificó de “funcionario mediocre”. ¿Ruptura en puerta?

Sujarchuk y Llayora

Acompañado por algunos funcionarios, el intendente Ariel Sujarchuk viajó esta semana a la provincia de Córdoba para disertar en un Congreso de Participación Ciudadana y Descentralización. Pero esa no fue su única actividad ni la más importante: también se reunió con el gobernador Martín Llaryora y con el alcalde de la ciudad capital, Daniel Passerini. Estas actividades se enmarcan en un raid que dio lugar a diversas interpretaciones y especulaciones políticas que desde su entorno no niegan.

El encuentro de Sujarchuk con Llaryora tuvo lugar este miércoles en la Casa de Gobierno de Córdoba. “Compartimos la misma visión respecto a la necesidad de seguir modernizando el Estado”, expresó el intendente en sus redes sociales, al tiempo que calificó la reunión como “fructífera”.

Además, sostuvo que “Llaryora ha hecho una excelente gestión como intendente de la capital de esa provincia”, cargo que ejerció hasta diciembre del año pasado.

A continuación, Sujarchuk también se reunió con su par cordobés y sucesor de Llaryora, Daniel Passerini. De ese encuentro también participaron tres funcionarios escobarenses: el secretario general del Municipio, Carlos “Beto” Ramil; la secretaria de Seguridad, Rocío Fernández; y el secretario de Ingresos Públicos, Pablo Giordano.

Sujarchuk se saluda con Daniel Passerini
Recibimiento. Ariel Sujarchuk y Daniel Passerini se saludan en la Intendencia de Córdoba.

“Junto a integrantes de ambos equipos intercambiamos experiencias y conocimientos en seguridad, tránsito, y sostenibilidad, con la innovación como acción transversal”, contó el jefe comunal, quien valoró la importancia de estos encuentros para “potenciar” las gestiones municipales.

El acercamiento de Sujarchuk al peronismo cordobés, que no comulga con el kirchnerismo y asoma como una posible renovación en el PJ tradicional y centralista, generó algunas suspicacias y rumores que nadie niega, pero que tampoco nadie reconoce en voz alta, al menos por ahora.

A los tiros con Kicillof y su ministro de Seguridad

La relación de Ariel Sujarchuk con Axel Kicillof no estaría pasando por su mejor momento, a pesar de las frecuentes visitas del gobernador para inaugurar distintas obras públicas en el partido de Escobar, especialmente jardines de infantes y centros de atención médica.

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Para peor, trascendió que días atrás se dio un episodio poco amigable entre el intendente y el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, quien le habría recriminado a Sujarchuk los índices delictivos del distrito.

Sujarchuk reunido con Llaryora
Sonrisas. Sujarchuk, acompañado por Ramil. junto al gobernador Llaryora y un colaborador.

“Si un funcionario mediocre como Javier Alonso tiene el tupé de llamarme para apretarme por la inseguridad en mi distrito, es no conocer lo que está pasando no sólo en su territorio, sino en toda la provincia”, expresó Sujarchuk en declaraciones al sitio web MDZ.

Notablemente indignado, Sujarchuk involucró a Kicillof en su malestar. “El gobernador no puede permitir que un funcionario mediocre me llame para apretarme. Yo no lo acepto ni me transformaré en cómplice de sus conductas”, disparó. El medio al que hizo estas declaraciones tituló que el intendente “podría renunciar en las próximas horas”, pero en su círculo descartaron esa posibilidad.

Desde el entorno de Sujarchuk sí respaldaron su enojo con Alonso. “No le da a Escobar los recursos que le corresponde y encima le saca agentes. Si esto no se revierte inmediatamente, hay denuncia pública”, le confió a El Día de Escobar un vocero ad hoc del mandatario municipal.

Estos chispazos se dan luego de que Sujarchuk se reuniera, el jueves pasado, con el ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Waldo Wolff, en el Centro de Monitoreo Urbano porteño. La excusa para verse con el funcionario de Jorge Macri fue el ya aludido “intercambio de experiencias”.

Sujarchuk con Waldo Wollf
Incomodidad. La reunión de Sujarchuk con Wolff dejó desconcertada a la tropa del intendente.

“Quiero agradecer a Waldo Wolff por su buena predisposición. En la lucha contra la inseguridad nos tenemos que unir todos aquellos que queremos vivir en paz y que procuramos que nuestras ciudades estén cada día mejor, enfrentando a aquellos que transgreden la ley”, comentó Sujarchuk tras ese encuentro, que desde fuera fue visto con asombro y en su propia tropa causó mucho ruido.

Conocido por sus declaraciones altisonantes y su pertenencia al PRO, aunque el año pasado osciló entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, el ex vicepresidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) es uno de los detractores más acérrimos del peronismo en general y del kirchnerismo en particular.

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Deshojando la margarita: irse o quedarse

No es la primera vez que Sujarchuk se para de manos y expresa públicamente sus fastidios, aunque vaya contra la corriente. Ya lo había hecho después de las PASO de 2021, cuando amagó con irse del Frente de Todos. Ahora, por otras razones, se da una situación parecida, en la que nadie de su entorno descarta un alejamiento político.

Una pequeña prueba, si se quiere, es que Sujarchuk fue el único dirigente peronista bonaerense que se pronunció en contra de la situación política en Venezuela, ante la actitud del presidente Nicolás Maduro de ocultar los resultados de las actas de las últimas elecciones, en las que se autoproclamó reelecto.

La falta de rumbo del PJ, sin conducción, organización interna ni reacción ante la adversidad, a la que se suma el escándalo político que protagoniza el ex presidente Alberto Fernández, acusado de agredir físicamente a su ex esposa Fabiola Yañez, dan un panorama tan desolador que ahuyenta a muchas figuras del peronismo que quieren sobrevivir a la oleada libertaria.

Por eso los cacareos, los enojos y las actitudes de Sujarchuk, que no está dispuesto a hundirse en un barco sin capitán ni carta de navegación. Si no hay un fuerte golpe de timón, nadie debería sorprenderse si en cualquier momento deja la embarcación y se une a otra flota.

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