El intendente encabezó el acto en conmemoración del 207º aniversario de la Revolución de Mayo, que se realizó en la sede del Club Italiano de Escobar. Las condiciones climáticas obligaron a suspender el desfile y el festival artístico.
La idea era que la celebración del 25 de Mayo en Belén de Escobar sea una fiesta cívica, con un gran desfile en la avenida Tapia de Cruz, una feria gastronómica y un espectáculo artístico por la tarde. De hecho, también por eso se había apurado la reapertura de la plaza principal de la ciudad. Pero las adversas condiciones climáticas obligaron a un drástico cambio de planes.
Así, la conmemoración del 207º aniversario de la Revolución de Mayo se trasladó a la sede del Club Italiano, con un formato mucho más austero y breve. “Celebramos esta fecha con una mirada honesta y sincera, porque trabajamos día a día con mayor patriotismo para construir una Argentina de grandeza, una provincia de Buenos Aires que se ponga de pie y un partido de Escobar que siga creciendo», sostuvo el intendente Ariel Sujarchuk, quien fue el único orador del acto.
«Creemos que la generosidad siempre le gana a la mezquindad y por eso convoco a todos seguir siendo partícipes revolucionarios de la construcción de la patria que queremos y que nos merecemos. Porque la revolución la hacemos cuando vecinos y funcionarios tiramos para el mismo lado”, enfatizó el jefe comunal.
El palco del 25 tuvo una conformación muy distinta a la habitual, ya que los funcionarios de primeras y segundas líneas se quedaron abajo, a un costado de la tarima, y Sujarchuk estuvo flanqueado por su esposa, Laura Russo; el presidente del Club Italiano, Pablo Sperdutti; su antecesor, Daniel Santeussanio; y el presidente de la Cámara de Comercio de Escobar, Hernán González, entre otros.
El acto también contó con la participación del ballet municipal, que rindió homenaje a Manuela Pedraza, heroína de las fuerzas criollas durante la primera invasión inglesa a Buenos Aires. Además, actores caracterizados de hombres y mujeres de mayo repartieron escarapelas entre los presentes, que también saborearon un chocolate caliente, churros y los tradicionales pastelitos.