Sujarchuk anunció la recuperación de 20 hectáreas fiscales en Loma Verde

Habían sido vendidas a la colectividad taiwanesa en 1998, con la condición de construir una universidad. Pero el proyecto nunca se concretó y caducaron todos los plazos. Ahora, el Municipio proyecta desarrollar un polo de innovación, tecnología y ciencia.

lunes 05 febrero, 2024

Acuerdo. Sujarchuk, Ramil y miembros de la Fundación Con Men, tras la firma del convenio.

Habían sido vendidas a la colectividad taiwanesa en 1998, con la condición de construir una universidad. Pero el proyecto nunca se concretó. Ahora, el Municipio proyecta desarrollar un polo de innovación, tecnología y ciencia.

El intendente Ariel Sujarchuk anunció este lunes a la noche la recuperación de veinte hectáreas municipales en la localidad de Loma Verde, que desde 1998 estaban en manos de la colectividad taiwanesa y en las que ahora se desarrollará un polo de innovación, tecnología y ciencia.

«Después de 22 años, recuperamos veinte hectáreas de terrenos en favor del Municipio», publicó el intendente en sus redes sociales, donde dio a conocer la firma de «un histórico convenio» con autoridades de la Fundación Con Men, a cuyos representantes recibió en su despacho junto al secretario general del Ejecutivo, Alberto Ramil.

El documento, cuyo contenido no trascendió, restablecería definitivamente a la Comuna el dominio de esa valiosa superficie.

«Regularizamos así una controvertida situación que databa de 1998, cuando la colectividad de residentes taiwaneses en Argentina proyectó construir un centro de estudios universitarios, algo que nunca sucedió», explicó Sujarchuk. Las tierras fueron vendidas durante la primera intendencia de Luis Patti con esa condición, que debía cumplirse en un máximo de cinco años. Pero nada de eso pasó.

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«Por eso mismo, esos terrenos debían volver a dominio municipal hacia 2003, pero un año antes una ordenanza extendió los plazos para concretar finalmente la iniciativa. Sin embargo, en 2011 una nueva ordenanza dictó el incumplimiento y definió que la parcela vuelva a poder del Municipio» (ver nota acá), repasó cronológicamente Sujarchuk. «Hoy, después de 22 años, de común acuerdo las partes, pusimos fin a este litigio», celebró.

Diálogo. El encuentro con los taiwaneses se realizó en la sala de reuniones del Palacio Municipal.

Estas tierras se encuentran del lado este de Loma Verde, a la altura de la calle 117, en un sitio estratégico por su proximidad a la autopista Panamericana. Después de haber permanecido ociosas durante todo este tiempo, ahora tendrán un fin productivo: «un parque para la radicación de empresas de innovación y emprendedores agroecológicos», adelantó el intendente, quien ya había mencionado este proyecto durante la campaña electoral de 2019 (ver nota acá), aunque sin dar precisiones de dónde se desarrollaría.

La trama de estas hectáreas es mucho más larga e intrincada hasta lo extravagante. Por dar algunos ejemplos, su primer comprador fue el magnate Chang Yung-fa, fundador y CEO de la empresa Evergreen -la quinta naviera más grande del mundo-, quien en 2001 vino a Escobar y se reunió con Patti, que le organizó una recepción de honor de lo más inusual en el hall del Palacio Municipal. A cambio de la prórroga del vencimiento inicial, entregó algunas donaciones a entidades intermedias. El hombre de negocios murió en 2016, a los 88 años.

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Otro capítulo, tan desconcertante como la mayoría, ocurrió en 2012: el entonces intendente Sandro Guzmán recibió a una comitiva taiwanesa en su despacho -«los propietarios de Yu Chong S.A., según se informó en ese momento- y anunció que los había intimado a darle un uso productivo a esas tierras (ver nota acá), si querían conservarlas en su poder. Pasaron ocho años y no se supo más nada, hasta ahora.

Un multimillonario y filántropo asiático como protagonista, nombres raros que van cambiando, personajes desconocidos, negociaciones con traductores y más de dos décadas de anuncios fallidos, entre otros tantísimos ribetes, hacen que la saga de estas tierras tenga suficiente sustento como para escribir una novela. Por lo pronto, Sujarchuk parece haber dado vuelta la página para empezar otra historia con ellas y hacer, por fin, algo en serio.

Por Ciro D. Yacuzzi