Sportivo perdió el desempate de la serie final por el título del Provincial

No pudo ser, pero otra vez estuvo cerca, muy cerca, ahí nomás. Pese al envión anímico de haber forzado el desempate en la noche anterior, Sportivo Escobar no pudo torcerle el brazo a Racing de Olavarría, que se impuso por 80 a 57 en el tercer partido de la serie final y se consagró campeón del Provincial 2016. Al igual que el año pasado, la gloria se le escabulló entre los dedos al equipo de Gabriel Marcato, que ya había obtenido el ascenso al eliminar a El Fortín de Olavarría en semifinales.

La historia había comenzado torcida para el albiceleste, tras haber perdido el primer juego en su casa (68-80). Pero se enderezó siete días más tarde, con el apretadísimo triunfo en la revancha (78-76) que prolongó la definición a la noche del sábado. La ilusión se agigantó en los primeros minutos del desempate, porque Sportivo estaba preciso y llevaba la delantera. Incluso, ganó el primer cuarto por 20-17.

Poco a poco el local fue reaccionando, logró emparejar el marcador y se fue al descanso dando vuelta el parcial (33-29). Ya Sportivo no era el mismo del arranque ni volvería a serlo. Quedó nueve puntos abajo en el tercer cuarto (55-46) y en los últimos diez minutos la desesperación no dejó margen a la lucidez para encontrarle la solución al partido, que terminó con un lapidario 80-57 y toda la euforia del local floreándose ante su gente.

Como hace un año, cuando Atlético Pilar se llevaba el desempate de la serie final en Escobar, el equipo de la ciudad volvió a quedarse en las puertas de la gloria. Sin embargo, esta vez el dolor por la derrota estuvo menguado por el ascenso al Federal obtenido al superar las semifinales.

Ahora que el campeonato llegó a su fin, la pelota pasa al terreno de la dirigencia, que deberá empezar a moverse sin descanso para tratar de conseguir los avales económicos que le permitan a Sportivo competir en la tercera división del básquet argentino. Sería una pena mucho mayor a haber perdido la final que Escobar deba resignar una plaza que tanto esfuerzo le costó ganarse.