La cantidad decomisada asciende a unos 200 kilos y representa una décima parte de lo que se había incautado a esta misma altura del año en 2019. En Nochebuena y Navidad se notó un marcado descenso en el uso de artefactos explosivos.
Si algo hará inolvidables a estas fiestas de fin de año es, sin dudas, el contexto de pandemia que se está viviendo y que obliga a extremar las precauciones para evitar la propagación del virus, especialmente entre los adultos mayores. Sin embargo, en el partido de Escobar también se da otra particularidad: la prohibición de la pirotecnia sonora.
La ordenanza sancionada el mes pasado tuvo un debut auspicioso. Al menos, en los festejos de Nochebuena y Navidad se apreció una considerable disminución en los estruendos habituales de la medianoche y primeros minutos de la madrugada. En ese sentido, quizás fueron las fiestas más tranquilas en muchísimo tiempo.
La merma en las detonaciones y en el uso de pirotecnia en general ya se había dado el año pasado, en parte por una mayor concientización social y también por la crisis económica. Ambos factores siguen vigentes y en estas fiestas se vieron reforzados por la amplia difusión de la ordenanza 5826/20 (ver nota acá ), que restringió al máximo la comercialización y estableció multas severas para los infractores.
Mientras tanto, en el marco de controles típicos de estas fechas, los inspectores municipales secuestraron “más de 200 kilos de artículos pirotécnicos que se comercializaban de forma clandestina e ilegal en distintos puntos de las localidades de Maquinista Savio y Garín”, según se informó en un comunicado.
“Al constatar la falta, los inspectores labran un acta de contravención en vista de la transgresión a la normativa en vigencia y proceden al secuestro de la pirotecnia: las auditorías son articuladas con personal de la Delegación de Explosivos de San Isidro, quienes realizan posteriormente el traslado y destrucción de todos los artículos incautados”, precisó el parte municipal.
La cantidad incautada representa una décima parte de la mercadería que se llevaba decomisada a esta misma altura del año pasado. En aquel momento, el Municipio difundió el secuestro de más de dos mil kilos de artefactos explosivos (ver nota acá).
Habrá que esperar a Año Nuevo para ver si la tendencia se mantiene. Es, como se sabe, una festividad en la que la pirotecnia adquiere un mayor protagonismo.
Por lo pronto, está la opción de usar artefactos luminosos y de detonación aérea, que no producen el mismo impacto sonoro que los petardos, rompeportones y demás. Es simplemente una cuestión de conciencia, de comprensión y de solidaridad con aquellas personas que padecen alteraciones por los estruendos. Para festejar, sin que otros sufran.
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