SR. DIRECTOR:
Leyendo la nota de El Día de Escobar referente al arreglo de la ruta 26 se me ocurre aportar unas breves acotaciones, aún a riesgo de que las mismas resulten innecesarias, ya que en general los vecinos desconocemos el proyecto de esta obra.
El cruce de la ruta 26 con la ruta Panamericana se ha transformado en uno de los nudos de tránsito más difíciles y peligrosos de todo el distrito. Esto es así por razones diversas, pero fundamentalmente por el aumento exponencial de la cantidad de vehículos que por ahí transitan. Este hecho por sí solo ameritaría una especial atención en el proyecto de reconstrucción que se está llevando a cabo, cosa que por el momento desconocemos si se ha hecho.
Más allá de eso, un tema más grave aún es la suerte de las varias centenas de pasajeros de las distintas líneas de colectivo que diariamente suben y bajan de los mismos en este estratégico cruce.
Particularmente enojosa y peligrosa es la situación de quienes vienen o van desde Maquinista Savio, a la sazón la inmensa mayoría de esos pasajeros, ya que por la anarquía de las paradas en muchas ocasiones deben estar corriendo cruzando y delante de los vehículos para tomar estos colectivos, ya que nunca se sabe si vendrán por colectora oeste o por ruta nueve.
Es notoria la falta de refugios acordes a la importancia de este verdadero centro de transferencia de pasajeros, que es el más importante del distrito después de la terminal de Escobar. El único refugio que hay, no es tal, sino un escaparate para pegar afiches publicitarios, que la empresa concesionaria de la ruta colocó con el objetivo de obtener ganancias comerciales y no de brindar protección al pasajero.
Sin pretender ocupar el lugar de quienes deben legislar, sería acertado trasladar las paradas de todas las líneas de colectivos que por allí circulan con destino final o intermedio Maquinista Savio, cuatro en total, con varios ramales cada una, a un lugar donde puedan parar todas juntas; esto es, a metros de pasar la colectora, para lo que resulta necesario construir una dársena para asegurar el ascenso y descenso de los pasajeros y, por supuesto, construir refugios que sirvan más para protección de los usuarios que para negocios publicitarios de la concesionaria.
Otra cuestión a tener en cuenta es el zanjón que se encuentra en el lugar, que impide que se ensanche el sector de la ruta que está después de la bajada de la Panamericana. Es imprescindible que ese sector de la ruta tenga cuatro carriles, pues los embotellamientos que allí se originan terminan produciendo peligrosas aglomeraciones, inclusive sobre la autopista misma, además de generar una gran pérdida de tiempo para quienes circulan por ese lugar en las horas pico.
Por último, pero no por eso menos importante, resulta imperioso resolver el problema que, también en horas picos, genera la desaprensión de quienes llegan a un exclusivo colegio privado situado sobre la ruta, y usan la misma como playa de estacionamiento y pista de inconcebibles maniobras.
Jorge Derra (Maquinista Savio)
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