SR. DIRECTOR:
En tiempos de catastróficos desastres ambientales y naturales provocados por los humanos, y en la Era del crecimiento urbano anárquico y caótico, descontrolado y desplanificado, el arbolado público fue, es y, sobre todo, será (debe serlo) un protagonista indiscutible de cualquier pueblo o proyecto de ciudad que se precie de haber sido concebido y desarrollado para ser vivido saludablemente por la ciudadanía ocupante del lugar.
La salud urbana es el gran desafío del siglo XXI y la biodiversidad arborea que ocupa las veredas y los espacios públicos son sus principales artífices. Más allá de la proporción de territorio arbolado que debe existir en una ciudad (la OMS aconseja 10 a 15 metros cuadrados por habitante), cualquier árbol, además de ser una valiosa fuente de oxígeno y captación de CO2 frente al calentamiento global y el cambio climático, cumple funciones que tienen aspectos beneficiosos directos e indirectos sobre la salud humana. Actúan manteniendo la humedad adecuada del suelo, absorviendo excedentes de agua frente a lluvias intensas, combatiendo la erosión hídrica de arrastre y la erosión eólica por voladuras, fijando el suelo fértil y amortiguando como barreras acústicas y físicas la polución sonora del tránsito vehicular y el polvillo y los contaminantes ambientales, respectivamente.
También, como si esto fuera poco, proveen sombra refrescante durante el verano tórrido y asoleamiento entibiante durante el invierno (una vez caído el follaje), redundando a su vez en ahorro energético acondicionante de nuestros hogares. Así, su estado estético y funcional es, por añadidura, un fiel reflejo del estado de salud física y mental de la sociedad que habita esa urbe.
Por todo ello, la Asociación Ambientalista del Partido de Escobar (AAPE) se ve obligada a denunciar públicamente que el miércoles 7 de abril (en época no permisible para la poda) personal de la empresa Edenor procedió a realizar una brutal poda mutilante cuasitalante en una veintena de árboles ubicados a lo largo de la avenida San Martín, en Belén de Escobar, aparentemente autorizada por algún funcionario municipal, según lo informado por el citado personal actuante de la empresa eléctrica.
Cabe entonces hacerse una serie de preguntas reflexivas, aunque sean lapidarias y molesten a algunos:
¿Es que acaso el Municipio sigue inmerso en faltas de gestión ambientalmente responsables, autorizando atrocidades, excusándose y amparándose en convenios o artilugios legales perversos?
¿Es que acaso no funciona el servicio de manejo de espacios verdes como responsable de lo que se haga con el arbolado público; efectuando los trabajos que requiera la empresa eléctrica o supervisando lo que esta haga, año tras año, y en cualquier época, resultando de su accionar un aniquilamiento del arbolado en nombre del riesgo frente al tendido eléctrico?
¿Es que acaso la ciudadanía que observa esos desmanes vandálicos no reacciona y no actúa, o no sabe cómo hacerlo?
Responderemos con una pregunta trillada y vulgar, eterna pero contundente: ¿la culpa la tiene el chancho o el que le da de comer?
Saque usted sus propias conclusiones, pero desde ya sentenciamos:
* Si está usted de acuerdo con nuestra visión y postura, haga el favor de no seguir anestesiado de indiferencia, mediocridad y decadencia; reaccione y actúe denunciando esto cuando lo observe, ya que no es otra cosa que un delito ambiental contemplado por las leyes que así lo califican.
* Y si no, siga en el silencio y la comodidad de la decidida ciudadana; continúe mirando para otro lado, no se involucre y sea cómplice de semejante atropello, porque tenemos lo que nos merecemos y estamos mal pero podrá ser peor.
Para expresarse, comuniquese a nuestra página web. Acumularemos las denuncias y las elevaremos a quien corresponda vía Defensoría del Pueblo.
Asociación Ambientalista del Partido de Escobar (AAPE)