El local tuvo un primer tiempo desastroso y apenas si mejoró su imagen en el complemento, a base de amor propio. Solo sumó 2 puntos de los últimos 21.
Falto de ideas, falto de confianza, falto de conducción… Falto de todo. Armenio es un canto a la impotencia, la sombra de un equipo que arrastra sus limitaciones a lo largo y a lo ancho de la cancha. Tan mal juega que sus rivales, aún sin ser superiores, terminan por inflar el pecho y agrandarse, incluso en rodeo ajeno. Como lo hizo este jueves a la tarde Platense, que le ganó 1 a 0 en Maschwitz casi sin despeinarse, para estirar a siete la racha sin triunfos del tricolor, que en ese lapso apenas si sumó dos unidades.
Ni siquiera el atisbo de reacción en el arranque del complemento alcanzó a cambiarle la cara al pálido conjunto de la colectividad. Fue solo un espejismo, provocado por el recién ingresado Nahuel Peralta, que a pura movilidad, jugando a un toque y desbordando intentó cargarse el equipo al hombro en busca de la igualdad. Pero no encontró socios y su presencia se fue diluyendo con el correr de la aguja.
A pesar de su abulia, Armenio casi lo empata agónicamente con una chilena de Ortiz López que exigió una estirada de Desábato para retener el balón justo sobre la línea de cal. Hubiera sido un premio consuelo al intento y al orgullo. Pero también pudo recibir un castigo mayor a tanta impericia, si no fuera por un par de tapadas milagrosas de Oviedo. Peralta y él fueron los únicos que zafaron del aplazo.
Platense, de flojo presente, fue un equipo hasta que se puso en ventaja, a los 36’ de la etapa inicial, cuando Nicolás Morgantini definió con maestría tras una perfecta habilitación del picante Daniel Vega. Hasta ahí jugó de igual a igual y hasta fue superior. Después se limitó a especular, a hacer tiempo y apostó a la desesperación del local para ampliar la ventaja, pero la chapa no se movió.
Armenio, que en el primer tiempo ni siquiera tuvo un remate al arco, intentó con amor propio conseguir aunque sea un mísero punto. Pero ni eso. De los últimos siete partidos perdió cinco y empató dos, apenas marcó un gol y lo más grave es que todavía parece un equipo en formación cuando faltan dos fechas para que termine el certamen.
Los dirigidos por Federico Domínguez -¿seguirá después de este torneo?- visitarán el próximo martes a Acassuso y el sábado 15 cerrarán su campaña como locales ante Urquiza. Serán las últimas oportunidades para tratar de volver al triunfo y decorar una temporada muy decepcionante.
Tablas de posiciones:
Zona A
Estudiantes de Caseros 37 puntos; Tristán Suárez 36; Chacarita Juniors 35; Villa Dálmine 34; Almirante Brown 24; Deportivo Español 20; Brown de Adrogué 19; Colegiales 17; Deportivo Merlo 16; Atlanta y Fénix 15.
Zona B
Los Andes 37 puntos; Acassuso 36; Villa San Carlos 30; Deportivo Morón y Barracas Central 27; UAI-Urquiza 26; Platense 20; Comunicaciones 19; Deportivo Armenio 18; Almagro 13 y Sportivo Italiano 13.
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