Numerosas familias fueron desalojadas este miércoles 13 de un predio que habían ocupado en el barrio Santa Teresa, en el límite de Pilar con Maquinista Savio, y cortaron la ruta 26 durante varias horas.
Los ocupantes denuncian que las topadoras y “cien matones” de la Municipalidad de Pilar arrasaron con todo sin darles tiempo siquiera de proteger sus escasas pertenencias.
El clima estuvo espeso por la bronca, el humo de las gomas quemadas y la detención de Walter Gómez y Pablo del Rico, dos vecinos que participaban de la toma, uno de ellos discapacitado.
Hace ya tres meses que los vecinos venían ocupando cuatro hectáreas de tierra pertenecientes a la Comisión Provincial de la Vivienda y a una particular llamada Cecilia Marcelían, quien viviría en el exterior.
“No queremos instalar una villa. Queremos construir un barrio, con sus calles, servicios públicos, una sala de salud, una escuela”, explicó Juan Martín Manghi, referente zonal del Polo Obrero, que participó activamente de esta toma y apoyó decididamente a los ocupantes.
Según los organizadores del piquete, son trescientas las familias que fueron desalojadas. Los vecinos reclaman una instancia de diálogo con las autoridades a fin de encontrarle una solución a la problemática habitacional. En ese orden, cuestionaron que la respuesta del intendente de Pilar “fue mandar a su fuerza de choque. Vinieron unas 100 personas con remeras de Zúccaro, además de Gendarmería y la Policía Bonaerense”, señalaron.
El Día de Escobar pudo ver camiones pertenecientes a la Municipalidad de Pilar participando de la remoción de los restos de las viviendas precarias. El predio, ubicado en la localidad de Lagomarsino, en el límite con Maquinista Savio, presentaba evidentes señales del fragor de la batalla. Las topadoras terminaban de arrastrar las casillas hacia los restos incendiados de las primeras en ser devastadas. Camionetas de la Gendarmería pasaban a toda velocidad mientras decenas de policías custodiaban el perímetro del terreno.
Una señora con sus tres hijos estaba sentada en el borde del terreno, rodeada de lo poco que le quedaba y con desesperación en el rostro. A unos diez metros, decenas de policías la miraban fríamente. Por la calle pasaba una familia arrastrando unas chapas y colchones que habían podido salvar.
Lejos de intimidarlos, y ya cortando la ruta 26, una señora arengaba por el megáfono: “Todos los vecinos que necesitamos una vivienda nos tenemos que mantener en constante asamblea. En la esquina del predio, adentro del predio, o donde sea. ¡No se piensen ustedes que la lucha se terminó acá, compañeros!”.
Por Marcos B. Federman
Tras el violento desalojo, los ocupantes protestaron cortando la ruta 26.
Numerosas familias fueron desalojadas este miércoles 13 de un predio que habían ocupado en el barrio Santa Teresa, en el límite de Pilar con Maquinista Savio, y cortaron la ruta 26 durante varias horas.
Los ocupantes denuncian que las topadoras y “cien matones” de la Municipalidad de Pilar arrasaron con todo sin darles tiempo siquiera de proteger sus escasas pertenencias.
El clima estuvo espeso por la bronca, el humo de las gomas quemadas y la detención de Walter Gómez y Pablo del Rico, dos vecinos que participaban de la toma, uno de ellos discapacitado.
Hace ya tres meses que los vecinos venían ocupando cuatro hectáreas de tierra pertenecientes a la Comisión Provincial de la Vivienda y a una particular llamada Cecilia Marcelían, quien viviría en el exterior.
“No queremos instalar una villa. Queremos construir un barrio, con sus calles, servicios públicos, una sala de salud, una escuela”, explicó Juan Martín Manghi, referente zonal del Polo Obrero, que participó activamente de esta toma y apoyó decididamente a los ocupantes.
Según los organizadores del piquete, son trescientas las familias que fueron desalojadas. Los vecinos reclaman una instancia de diálogo con las autoridades a fin de encontrarle una solución a la problemática habitacional. En ese orden, cuestionaron que la respuesta del intendente de Pilar “fue mandar a su fuerza de choque. Vinieron unas 100 personas con remeras de Zúccaro, además de Gendarmería y la Policía Bonaerense”, señalaron.
El Día de Escobar pudo ver camiones pertenecientes a la Municipalidad de Pilar participando de la remoción de los restos de las viviendas precarias. El predio, ubicado en la localidad de Lagomarsino, en el límite con Maquinista Savio, presentaba evidentes señales del fragor de la batalla. Las topadoras terminaban de arrastrar las casillas hacia los restos incendiados de las primeras en ser devastadas. Camionetas de la Gendarmería pasaban a toda velocidad mientras decenas de policías custodiaban el perímetro del terreno.
Una señora con sus tres hijos estaba sentada en el borde del terreno, rodeada de lo poco que le quedaba y con desesperación en el rostro. A unos diez metros, decenas de policías la miraban fríamente. Por la calle pasaba una familia arrastrando unas chapas y colchones que habían podido salvar.
Lejos de intimidarlos, y ya cortando la ruta 26, una señora arengaba por el megáfono: “Todos los vecinos que necesitamos una vivienda nos tenemos que mantener en constante asamblea. En la esquina del predio, adentro del predio, o donde sea. ¡No se piensen ustedes que la lucha se terminó acá, compañeros!”.
Por Marcos B. Federman