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Gentile, el 28/10. Atrás, la patota que impidió la asamblea.
El reclamo de los autoconvocados por la normalización de la Sociedad de Fomento de Villa Vallier parece haber surtido efecto. Al menos, el cuestionado presidente de la institución, Osvaldo Gentili, ratificó a El Día de Escobar que en diciembre se realizará una asamblea para renovar la comisión directiva y encaminar la regularización de la entidad.
“No quiero seguir en el club. Todo lo que pude haber hecho ya lo hice y estoy muy desgastado. Lo que quiero es entregar la Fomento como corresponde”, expresó Gentili, en consonancia con las declaraciones que había realizado a este medio el vicepresidente de la institución. Orlando Fernández.
“En mi gestión hicimos un montón de obras que necesitaba el club”, sostuvo Gentili, quien se encuentra al frente de la entidad desde 2008, aunque esa comisión carece de validez por un cúmulo de irregularidades de larga data. Además, aseguró que no tiene “ningún interés” en continuar en la institución.
Respecto a la fecha de la asamblea, expresó su idea de que sea un sábado -esbozó el 15 de diciembre-, “para que venga más cantidad de gente”. Para esa convocatoria calculó que habrá dos listas: una de los socios antiguos y descendientes de los fundadores y otra del ballet folklórico isleño, que hace años ensaya y realiza eventos en la sede de la institución. “La que tenga más votos se va a hacer cargo de la Sociedad de Fomento”.
“Me voy a tomar el trabajo de hacer todas las planillas que sean necesarias y entregárselas a todos los que figuran en el libro de socios”, agregó Gentili, aunque admitió que la institución no posee socios activos, ya que nadie tiene sus cuotas pagas. “Vos le vas a cobrar 5 pesos de cuota a la gente y no te la quieren pagar”, dijo.
Violencia es filmar
Osvaldo Gentili estuvo en los incidentes del 28 de octubre, cuando un grupo de socios y vecinos se autoconvocó para realizar una asamblea que finalmente no pudieron concretar. Entre otros motivos, porque una patota que se instaló en el bar de la sede se encargó de amedrentar a los asistentes que aguardaban en las afueras del inmueble.
Pero al pequeño empresario de la construcción no le pareció violenta la actitud de esos muchachones sino la de algunas jóvenes que filmaban la situación con sus celulares. “No hubo ninguna patota, eran toda gente de familia. De patota vinieron ellas, que apenas llegaron a la entrada empezaron a filmar con los celulares. Eso es más patota que cualquier otra cosa”, afirmó Gentili. “Lo que pasó es que no les vino la gente que esperaban, porque a esa hora jugaban Boca y River”, señaló.
