Una multitud marchó este jueves a la tarde para reclamar que la disco Ibiza, en Garín, cierre sus puertas definitivamente. El pedido surge a raíz del brutal crimen ocurrido el 12 de noviembre, cuando el joven Brian Irigoitía, de 14 años, salió de la bailanta y fue asesinado en una pelea callejera a pocas cuadras del lugar.
“Hoy me llamó la fiscal Sayago para decirme que el juez le dio la excarcelación a uno de los tres detenidos por el crimen de mi hijo”, expresó el padre de Brian, Luis Irigoitia, en referencia al joven de 18 años que se encontraba preso en la comisaría de Tigre. Los otros dos acusados tienen 14 y 16 años y permanecen detenidos.
“El mensaje que quiero hacerle llegar a ese juez es que deseo, desde lo más profundo de mi corazón, que ese chico que él soltó, el día de mañana no le arruine la vida a otra familia. Él va a tener la dicha de pasar Navidad con los suyos, a pesar de lo que hizo. En cambio, yo a mi hijo no lo tengo más. No lo voy a ver crecer, no voy a disfrutar de un nieto, no voy a volver a ver a mi angelito”, manifestó entre sollozos Irigoitía a El Día de Escobar.
Esta segunda movilización estuvo nuevamente encabezada por el pastor Walter Serantes, de la iglesia Rey de Reyes, y una gran cantidad de fieles. Al detenerse frente a las puertas del boliche, los manifestantes rezaron apoyando sus manos sobre la fachada del edificio mientras el pastor, a través de un megáfono, pedía que “cierren este antro donde nuestras chicas se prostituyen y los jóvenes se drogan”.
Según el padre de Brian, esa era la segunda vez que su hijo entraba al boliche y aseguró que lo hizo en compañía de otro menor, de 12 años. Brian jugaba a la pelota en la plaza del barrio, cerca de la medianoche, cuando un amigo pasó, lo invitó al boliche y se ofreció a pagarle la entrada. “Si no lo hubieran dejado entrar, a la 1 de la mañana hubiese estado durmiendo en casa”, afirmó.
Por otra parte, Irigoitía se mostró indignado y dolido por los anuncios radiales de Ibiza donde promocionan “fiestas locas, shows de striptease y bikini open”. “Parece que se estuvieran riendo en mi propia cara. Le pido a Sandro Guzmán que por favor me dé una mano”, rogó el padre de Brian antes de volver a unirse a la marcha para llegar hasta el lugar donde asesinaron a su hijo.
Por Florencia Alvarez