Multitudinaria manifestación de fe y devoción por la Virgen de Luján

Una multitudinaria manifestación de fe, amor, y esperanza se vivió este martes 8 de diciembre en la cocatedral Natividad del Señor, con motivo de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

Con el templo y el salón parroquial colmados de fieles -estos últimos pudieron participar a través de una pantalla gigante- el párroca Daniel Bevilacqua presidió la santa misa, en la que se destacó la concurrencia de unos cuatrocientos chicos que recibieron su segunda comunión.

Luego de la celebración litúrgica se realizó la procesión para la reentronización de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Luján en la estación de Escobar, la cual fue trasladada desde el templo por una  autobomba de los bomberos voluntarios de la ciudad, escoltada por móviles de la comisaría 1° supervisados por su titular, el comisario Carlos Vara, mientras que personal de la Policía de Tránsito abría paso por la avenida Tapia de Cruz. 

Cientos de personas, con lágrimas en los ojos, peregrinos y fieles devotos manifestaron su amor por la virgen acompañándola desde la cocatedral hasta el andén de la estación de Escobar, donde recuperó su lugar tras más de diez años de ausencia.

Un poco de historia

El 3 de abril de 1948, el entonces presidente Juan Domingo Perón declaró a la Virgen de Luján patrona de los Ferrocarriles Argentinos. Desde ese momento se comenzaron a instalar en todas las estaciones ferroviarias de nuestro país imágenes de la misma.

Fue así como el 10 de abril de 1962, por iniciativa de Monseñor Serafini y con el beneplácito de la feligresía escobarense, se entronizó en la estación ferroviaria de Escobar una bella imagen de la virgen.

Pero a comienzos de los ’90, luego de la tristemente célebre frase “Ramal que para, ramal que cierra”, el abandono fue ganando terreno, y la estación local no fue la excepción. Incluso se llegó a difundir la versión de que la imagen de la Virgen de Luján habría sido robada.

Sin embargo, el presidente del Ferro Amigos Club, Eugenio Carballo, logró encontrar la imagen aludida totalmente restaurada en un despacho de las autoridades de TBA.