La ley nacional 26.571, sancionada en diciembre de 2009, prohíbe hacer campañas proselitistas hasta treinta días antes de los comicios. Sin embargo, prácticamente no hay precandidato, sea opositor u oficialista, que no haya pasado por alto la normativa, en la cual también se instauraron las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias.
El caso es que muchas veces, sobre todo cuando se acerca el momento del sufragio, se suscitan toda clase de excesos y de disputas por ver quién logra quedarse con más paredones y tener una mayor presencia publicitaria en la vía pública, como si eso tuviera alguna incidencia en la voluntad de los votantes. Y aunque todavía falta bastante para llegar a la hora de las definiciones, el tema ya empezó a generar malestar, controversias y debate.
Días atrás, varias calles del centro de Belén de Escobar amanecieron atestadas de afiches del aspirante a intendente Ariel Sujarchuk pegados en lugares a todas luces indebidos: frentes de viviendas, comercios e incluso de una iglesia fueron embadurnados con propaganda del funcionario de Alicia Kirchner, que con este episodio retrocedió varios casilleros en su intento de seducir al electorado local.
El suceso, además, dio pie a que el bloque de concejales del Frente Renovador presentara un proyecto de comunicación para solicitar al Ejecutivo controles sobre la publicidad política en espacios públicos, resguardando los derechos de los vecinos a no ser perjudicados por esta actividad.
La iniciativa, que en rigor no aplica ni propone ningún cambio en estas cuestionables prácticas, despertó un tibio debate entre las bancas y fue aprobada por mayoría en la sesión de este miércoles del Concejo Deliberante.