En un operativo de características singulares, la Dirección de Inspección General del Municipio clausuró este sábado 28 a la madrugada el pub “Mala Mujer” por no contar con habilitación definitiva ni tener plano de obra aprobado.
No es común que desde el Ejecutivo se comuniquen este tipo de novedades a través de comunicados de prensa, ni mucho menos que se tomen fotografías del procedimiento de clausura. Quizás esto se explique en que el pub de Rivadavia al 200 ya había adquirido cierta repercusión pública a través de artículos publicados por El Día de Escobar, donde se dio cuenta de los reclamos que los vecinos elevaron a la Comuna por las molestias que generó la apertura de ese local nocturno en una zona poblada de casas.
“La clausura obedeció a la comprobación de diferentes faltas: no contar con la habilitación municipal definitiva y falta de planos de obra aprobados”, explicaron desde el Municipio. Faltas nada graves si se tiene en cuenta que en iguales o aún peores condiciones han funcionado, y en muchos casos lo siguen haciendo, establecimientos del mismo rubro y también de otros.
Sin embargo, el párrafo final del comunicado que se difundió este lunes 30 permite advertir que el problema de fondo es, como se dijo, el malestar del vecindario con el pub que regentean Claudio “Fama” Retaco y Facundo Dimónaco. “Se comprobó que el público permanecía en el local hasta altas horas de la madrugada y ocasionaba un importante entorpecimiento en el tránsito vehicular de la calle Rivadavia, desde 25 de Mayo hasta Don Bosco”, señaló el parte oficial.
Se verá con el tiempo si estas acciones del área que comanda Andrés García tienen un correlato y permiten resolver la situación que padecen decenas de familias del lugar, las que en septiembre presentaron un petitorio al Concejo Deliberante y al Intendente.
A consecuencia de ese reclamo -publicado en este medio-, la Dirección de Medio Ambiente intimó a “Mala Mujer” a no abrir hasta resolver cuestiones de acustización del inmueble, lo que le valió un fin de semana de octubre con las puertas cerradas.
Demasiados problemas, a esta corta altura, como para no concluir que su inadecuado emplazamiento seguramente seguirá generando molestias y complicaciones. Es cierto que la gente que va a “Mala Mujer” no tiene fama de violenta -algo para destacar en estos tiempos-, pero también lo es que sólo en ciudades tan desordenadas como Belén de Escobar se podría permitir un boliche entre casas de familia. Por eso pasa todo esto.