Parte del estribillo de una canción bailable y ochentosa de Las Primas me sirve para explicar brevemente qué se entiende por género y dar algunos ejemplos de esa desigualdad. Por Diego Oscar Ortiz.
Formamos parte de una familia, participamos o hemos estado en instituciones (como escuelas, clubes deportivos, asociaciones barriales y hospitales) e integramos una sociedad en donde históricamente hubo y hay ciertas pautas y creencias cuya base es el patriarcado.
“El nene juega a la pelota con otros nenes y no puede llorar por nada del mundo, porque es hombre”.
“La nena juega a las muñecas con otras nenas, le regalamos una plancha y una escoba y tiene todo el permiso para llorar, porque es débil y sumisa”.
Estas frases acentúan la desigualdad y son construcciones equivocadas que se fueron gestando desde hace mucho tiempo. Tienen que ver con los roles de género o estereotipos que le atribuimos al hombre y a la mujer. El problema pasa por discriminar.
Algunos ejemplos son:
El hombre es fuerte y la mujer es débil.
El hombre es el trabajador/proveedor y la mujer está dedicada a los hijos y a los quehaceres del hogar.
El hombre no se hace cargo de los quehaceres del hogar, a lo sumo ayuda a la mujer.
El hombre es el doctor, el que sabe y la mujer es la enfermera, la que cuida.
El hombre es el creador de la formula química del detergente y la mujer la que lo usa… porque es la reina del hogar.
Todos estos ejemplos califican, etiquetan, distinguen y se alejan de la tan ansiada igualdad de género. Frente a esto: ¿Qué hacemos?
Primero, es importante informarnos y de lo que nos informamos hacerlo parte de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestro accionar cotidiano. Luego, si es posible, informar a otros.
En conclusión: ¡¡Hagamos un patio grande para que puedan jugar todos juntos!!
Por Diego Oscar Ortiz
Abogado y Profesor Universitario (UBA)
Coautor del libro Violencia Familiar, aspectos prácticos, de Editorial Hammurabi.