Llega la hora del recambio y todas las miradas apuntan al estrado del HCD

Siempre se habla del 10 de diciembre; a lo sumo del 11. Pero este año el “Día D” será el 4, porque el Concejo Deliberante decidió adelantar para este viernes, a las 18.30, la renovación de la mitad de sus veinte bancas.

A escasas horas de ese trascendente acto institucional, todas las miradas apuntan al estrado del cuerpo, que al final seguirá siendo presidido por Elio Miranda. En las últimas semanas se rumoreaba -y lo publicó El Día de Escobar– que el edil matheuense pasaría a la Jefatura de Gabinete del Municipio, pero ahora todo indica que ese despacho será borrado del organigrama una vez que el sanfernandino Walter Blanco cumpla su promesa de dar un paso al costado en la gestión de Sandro Guzmán.

Si bien esta decisión marcaría una nueva contradicción del jefe comunal -después de las elecciones, en varias declaraciones a la prensa, aseguró que ese cargo no se suprimiría-, también es lógica: no hay en el variopinta paisaje peronista nadie en condiciones de convertirse en guardaespaldas y socio político de Guzmán como la ha sido Blanco, ni de tener bajo su órbita todas las secretarías del Ejecutivo.

Si es cierto que Blanco “se irá de la gestión, pero seguirá tras bambalinas”, como todos dicen en los pasillos del Palacio Municipal, Miranda podía encajar, a pesar de tener un perfil diametralmente opuesto al del todavía jefe de Gabinete. El problema que se presenta para el Gobierno es a quién nominar para la presidencia del Concejo. En realidad, los pergaminos de Luis Carranza le dieron el nivel de candidato natural. Pero manejar el Legislativo le daría mayor entidad a su figura, lo cual podría ser poco conveniente de cara a 2011. Por ende, el status quo sería la opción más aconsejable para los intereses del sector que responde a Guzmán.

Entonces, mientras que el garinense Carranza continuaría como presidente del bloque oficialista, la otra incógnita relevante a despejar es quién subirá al estrado para sentarse en la secretaría del HCD. José Rognone, su ocupante desde junio de 2008, volverá a jurar y asumir como concejal, por lo que su despacho quedará disponible.

Todas las fuentes consultadas por El Día de Escobar coinciden en que para ese codiciado sillón no hay otro nombre en danza que el de Patricia de la Cruz, quien termina su segundo mandato de concejal. Sin embargo, la mujer del secretario de Gobierno, Hugo Cantero, está rodeada de más enemistades que afectos en el entorno más influyente del Ejecutivo.

No es su idoneidad lo que se discute sino algunas actitudes que la han convertido en la integrante más díscola de la bancada justicialista. Hace unos meses, impulsó un proyecto de comunicación que hoy podría trabar la adjudicación a la empresa MOTSA del nuevo recorrido que va de Matheu al hospital Erill. Esto se debe a que incluyó como impedimento para ganar la licitación de un servicio de autotransporte a la revocación de un piso, lo cual ocurrió recientemente con MOTSA por no haber cumplido su obligación de colaborar con la mejora de la calle Patricias Argentinas, que formaba parte de un circuito que realizaba en Garín.

No parece casual que la concejal se haya detenido en este tipo de temas, ya que hay quienes sindican a MOTSA como una empresa que mantiene fluidas relaciones con Walter Blanco, con quien Hugo Cantero no se lleva precisamente bien, como ya lo ha reconocido públicamente.

Coherente con sus posturas, De la Cruz ya anticipó en el último plenario de comisiones que no prestaría su voto para adjudicar la compra y colocación de cámaras de seguridad a la aparentemente fantasmagórica firma Gloval View, otro tema en el que Blanco aparece como principal referente del Gobierno.

Por lo expuesto, lo que se presentaría como certeza no deja de ser una incógnita que habrá que esperar hasta último momento para ver dilucidada. Hasta entonces, todas las miradas seguirán orientadas al estrado del HCD.

Por Ciro D. Yacuzzi
Director de El Día de Escobar