“La Pachamama, de Villa Soldati a Bolivia, pasando por Formosa”

Una frondosa vorágine de sucesos impactantes ha sacudido la actualidad del país, o al menos de la Capital Federal y el Conurbano. Todo lo que pasó en estos días en el sur de la ciudad de Buenos Aires, y que sigue pasando al momento de escribirse estas líneas, no se puede considerar como un conjunto […]

lunes 05 febrero, 2024

Una frondosa vorágine de sucesos impactantes ha sacudido la actualidad del país, o al menos de la Capital Federal y el Conurbano. Todo lo que pasó en estos días en el sur de la ciudad de Buenos Aires, y que sigue pasando al momento de escribirse estas líneas, no se puede considerar como un conjunto o un bloque, solido, único. Por el contrario, es una secuencia ininterrumpida de distintas capas, una sobre otra, como si fuera una enorme cebolla que no para de arder y hacer llorar.
Estos variados mantos que componen esta realidad en algunos casos están superpuestos unos sobre otros sin demasiados puntos en común; en otros se los encuentra fuertemente imbricados, al punto que se hace difícil establecer los límites de cada uno.
Intentaremos una descripción avanzada de cada uno de ellos.
Epitelio exterior
Inocente crueldad inducida.
Un grupo de pibes chapalea en medio de una de las calles de Maquinista Savio, intransitables después de la última lluvia. Tienen entre 8 y 10 años y se comportan como pibes que son, van gritando, diciendo palabras soeces, corriendo y empujándose. De pronto, uno de ellos pisa el huevo de la serpiente y se oye el grito: “Al boliviano, al boliviano,” una lluvia de proyectiles hechos con el barro de la calle caen sobre uno de ellos.
Es el más morochito. Piel oscura, cabellos lacios, duros, ojos pequeños de color marrón. Las piedras son acompañadas con gritos recientes: “Fuera boliviano, andate bolita, volvete a Bolivia, rajá de acá”. El susodicho quiere escapar, cae al piso y comienza a sollozar; el mismo que antes había desatado el ataque, lo frena. “Pará, pará. Ehh, no llores, estamos jugando”, dice, y se acerca, lo ayuda a levantarse y lo abraza con afecto. “No llores, era una broma, además vos no sos boliviano”. “Pero mi mamá y mi papá sí”,  responde el agredido, limpiándose las lágrimas con las manitas llenas de barro.
Subcutáneo inmediato
La repugnante construcción mediática.
La construcción mediática de la tragedia no se priva de nada, incentiva el fuego desatado por la insensatez, lo retroalimenta. Transmite la contienda como si fuera un partido de futbol: locales versus visitantes. Vecinos contra okupas caen en los marasmos más espeluznantes de la demagogia periodística. Vecinos indignados atacan con lo que tienen a los inmigrantes ilegales que ocupan el parque. Derechos humanos contra propiedad privada, la gente bien contra los foráneos delincuentes. Los vecinos defienden como pueden el parque, todo termina en tragedia, no importa, la muerte es difusa cuando es ajena.
Mesodermis de tránsito, camino a lo profundo
Analfabeto y xenófobo
Mauricio Macri encontró la oportunidad de mostrarse tal como es. Se explayó con un contenido xenófobo, discriminador y racista. Gatilló sobre la pólvora seca, incentivando el incendio. Habló de la inmigración desmadrada, de los intrusos de los países limítrofes y no limítrofes, bolivianos, paraguayos y peruanos, para el que quiera entender, dejó a flor de piel su asco por la América profunda y morena. Mostró su peor cara.
Mauricio dijo lo que dijo porque es un analfabeto político y una persona de limitaciones que indignan si se consideran las posibilidades que tuvo para formarse. Mauricio es bruto, no sabe hablar. Es ignorante: llegó a decir que el 9 de Julio era el Día de la Bandera. Es un chico de familia inmigrante muy rico que cursó en los mejores colegios y universidades, pero su formación es nula, se podría decir que es un ingeniero que no sabe sumar ni restar.
Su concepción del liderazgo no pasa por la autoridad que pueda imponer el conocimiento sino por el temor que deja su condición de patrón. Mauricio es patrón ejercitado, pensó que con eso le alcanza para ejercer liderazgo político. Nada más lejos de la realidad.
Sin embargo, lo peor de todo es que Mauricio dijo lo que dijo no porque sea limitado culturalmente y analfabeto político, lo dijo porque es lo que piensa, porque Mauricio es xenófobo, racista y discriminador.
Endodermis primaria cerca de lo central
Errores y trampas de un gobierno en disputa
El gobierno nacional ha sufrido su peor derrota política en la pobreza de Villa Soldati y aledaños. Quien recuerde la caída de la 125 en el Congreso y el resultado electoral del 28 de junio de 2009 podría opinar que quien suscribe no goza de todas sus facultades al afirmar lo precedente, teniendo en cuenta que el gran responsable parece ser el gobierno de la Ciudad.
Sin embargo, esta derrota política no se ha sufrido ante un paso en falso de un ministro demasiado joven, o por la falta de lealtad de un vice que juega de contra, o por el amuchamiento sin sentido de una oposición sin luces. Por el contrario esta derrota se gesta y desarrolla puertas adentro, es una derrota que proviene de lo profundo del gobierno, porque violo sus propios principios, contradijo su discurso histórico y resigno uno de sus mayores logros ante la historia, la jerarquización de la política frente a otros factores de poder. El primer traspié lo produce el impresentable, al día de hoy ministro, Alak, como nunca había pasado a lo largo de 7 años de gobierno kirchnerista, la Policía Federal salió a reprimir una manifestación popular, que no otra cosa es la toma, desprovista de conducción política, por primera vez el gobierno dejó en manos de los comisarios los criterios a utilizar en el desalojo ordenado por la jueza Nazar.
Todos sabemos, y el gobierno más que nadie, cuáles son los criterios que usan los comisarios, la muestra es elocuente: tres muertos.
Como corolario de la tragedia, Aníbal Fernández, avanza sobre unos de los postulados fundamentales del kirchnerismo, la presencia impostergable del Estado. En una conferencia de prensa inexplicable, el Jefe de Gabinete le dice a cualquiera que quiera escuchar que el Estado va a desaparecer del lugar del conflicto que ya se ha cobrado tres víctimas. “La Policía Federal no va a ir al predio”, sentencio el jefe de ministros ante cámaras y micrófonos, es decir, decretó zona liberada en el lugar del conflicto para que se haga presente lo peor de una sociedad compleja. Y así pasó. No hace falta recordar la escena dantesca, en el mismo momento que la presidenta conmemoraba el Día de los Derechos Humanos en Casa Rosada.
Un escrito hecho público por Luis D’Elía expresa que a entender del líder piquetero las actitudes de Alak y Fernández, lejos de ser errores de apreciación, son medidas deliberadas con el objetivo de limar la imagen de la Presidenta. Con los datos en la mano no resulta un disparate pensar más en una trampa que en un error.
Epicentro verdadero, el núcleo de la cuestión
En nombre de la tierra
Todo lo hasta aquí dicho, más profundo o más superficial, no alcanza para dar una explicación y por ende ayudar a avistar una salida definitiva al drama de la vivienda y la propiedad de la tierra.
Como una paradoja terrible, todo aquel que tenga la honradez intelectual suficiente puede apreciar que son justamente los hermanos bolivianos los que más adelantados están en el camino de resolver estas cuestiones dramáticas. Bolivia es el único país en el mundo que tiene una Constitución que no solo reconoce la preexistencia de los pueblos originarios sino que también lo hace con sus naciones, esa Constitución de avanzada establece en Bolivia un estado plurinacional. Además, hace pocos días se aprobó en la Legislatura una ley que se conoció como de defensa de la Pacha Mama, esa ley de defensa de la madre tierra impone algunos conceptos verdaderamente revolucionarios. Tipifica, sin pretender agotar, la lista de los agravios a la Madre Tierra, para que aquel que así quiera hacerlo pueda iniciar acciones judiciales contra quienes producen el agravio. Establece la creación de una figura institucional que llama, defensor de la Pacha Mama, que cumple las mismas funciones que aquí cumple el defensor del Pueblo, solo que en el caso de Bolivia la defendida es la tierra, nada menos.
El tercer punto destacado de esta ley es el inicio de un nuevo paradigma, la piedra fundamental en la construcción de una cosmovisión absolutamente nueva, es la revolución de los conceptos y definiciones hasta aquí consideradas en el mundo. “La ley prohíbe considerar a la tierra como una mercancía”.
La tierra es la madre de todos nosotros, es el lugar donde vivimos, de donde sacamos todo lo que necesitamos para vivir, no puede ser considerada una mercancía porque es esencial para la vida humana.
Esta visión revolucionaria, que seguramente será desarrollada y aceptada por la mayoría de los países del planeta a lo largo del siglo que vivimos, fue postulada por Evo Morales en la reciente cumbre de Cancún. Lamentablemente, debió hacerlo en plena soledad, nadie lo acompañó, incluso países como Venezuela, Ecuador, Argentina y Brasil no tuvieron el coraje de sostener la revolucionaria concepción de Bolivia, sobre el carácter de la tierra como un elemento no mercalizable.
En esta concepción, sin dudas, está la solución a los problemas de Soldati, pero también a los de Formosa y a los de los glaciares amenazados por las mineras, decidirse a encontrar el camino, tal vez sirva para que el gobierno nacional termine de ser un territorio en disputa y pueda llamarse, sin eufemismos, mentor de un proyecto nacional y popular.
Por Jorge A. Derra

Una frondosa vorágine de sucesos impactantes ha sacudido la actualidad del país, o al menos de la Capital Federal y el Conurbano. Todo lo que pasó en estos días en el sur de la ciudad de Buenos Aires, y que sigue pasando al momento de escribirse estas líneas, no se puede considerar como un conjunto o un bloque, solido, único. Por el contrario, es una secuencia ininterrumpida de distintas capas, una sobre otra, como si fuera una enorme cebolla que no para de arder y hacer llorar.

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Estos variados mantos que componen esta realidad en algunos casos están superpuestos unos sobre otros sin demasiados puntos en común; en otros se los encuentra fuertemente imbricados, al punto que se hace difícil establecer los límites de cada uno.

Intentaremos una descripción avanzada de cada uno de ellos.

Epitelio exterior  (Inocente crueldad inducida)

Un grupo de pibes chapalea en medio de una de las calles de Maquinista Savio, intransitables después de la última lluvia. Tienen entre 8 y 10 años y se comportan como pibes que son, van gritando, diciendo palabras soeces, corriendo y empujándose. De pronto, uno de ellos pisa el huevo de la serpiente y se oye el grito: “Al boliviano, al boliviano,” una lluvia de proyectiles hechos con el barro de la calle caen sobre uno de ellos.

Es el más morochito. Piel oscura, cabellos lacios, duros, ojos pequeños de color marrón. Las piedras son acompañadas con gritos recientes: “Fuera boliviano, andate bolita, volvete a Bolivia, rajá de acá”. El susodicho quiere escapar, cae al piso y comienza a sollozar; el mismo que antes había desatado el ataque, lo frena. “Pará, pará. Ehh, no llores, estamos jugando”, dice, y se acerca, lo ayuda a levantarse y lo abraza con afecto. “No llores, era una broma, además vos no sos boliviano”. “Pero mi mamá y mi papá sí”,  responde el agredido, limpiándose las lágrimas con las manitas llenas de barro.

Subcutáneo inmediato (La repugnante construcción mediática)

La construcción mediática de la tragedia no se priva de nada, incentiva el fuego desatado por la insensatez, lo retroalimenta. Transmite la contienda como si fuera un partido de futbol: locales versus visitantes. Vecinos contra okupas caen en los marasmos más espeluznantes de la demagogia periodística. Vecinos indignados atacan con lo que tienen a los inmigrantes ilegales que ocupan el parque. Derechos humanos contra propiedad privada, la gente bien contra los foráneos delincuentes. Los vecinos defienden como pueden el parque, todo termina en tragedia, no importa, la muerte es difusa cuando es ajena.

Mesodermis de tránsito, camino a lo profundo (Analfabeto y xenófobo)

Mauricio Macri encontró la oportunidad de mostrarse tal como es. Se explayó con un contenido xenófobo, discriminador y racista. Gatilló sobre la pólvora seca, incentivando el incendio. Habló de la inmigración desmadrada, de los intrusos de los países limítrofes y no limítrofes, bolivianos, paraguayos y peruanos, para el que quiera entender, dejó a flor de piel su asco por la América profunda y morena. Mostró su peor cara.

Mauricio dijo lo que dijo porque es un analfabeto político y una persona de limitaciones que indignan si se consideran las posibilidades que tuvo para formarse. Mauricio es bruto, no sabe hablar. Es ignorante: llegó a decir que el 9 de Julio era el Día de la Bandera. Es un chico de familia inmigrante muy rico que cursó en los mejores colegios y universidades, pero su formación es nula, se podría decir que es un ingeniero que no sabe sumar ni restar.

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Su concepción del liderazgo no pasa por la autoridad que pueda imponer el conocimiento sino por el temor que deja su condición de patrón. Mauricio es patrón ejercitado, pensó que con eso le alcanza para ejercer liderazgo político. Nada más lejos de la realidad.

Sin embargo, lo peor de todo es que Mauricio dijo lo que dijo no porque sea limitado culturalmente y analfabeto político, lo dijo porque es lo que piensa, porque Mauricio es xenófobo, racista y discriminador.

Endodermis primaria cerca de lo central (Errores y trampas de un gobierno en disputa)

El gobierno nacional ha sufrido su peor derrota política en la pobreza de Villa Soldati y aledaños. Quien recuerde la caída de la 125 en el Congreso y el resultado electoral del 28 de junio de 2009 podría opinar que quien suscribe no goza de todas sus facultades al afirmar lo precedente, teniendo en cuenta que el gran responsable parece ser el gobierno de la Ciudad.

Sin embargo, esta derrota política no se ha sufrido ante un paso en falso de un ministro demasiado joven, o por la falta de lealtad de un vice que juega de contra, o por el amuchamiento sin sentido de una oposición sin luces. Por el contrario esta derrota se gesta y desarrolla puertas adentro, es una derrota que proviene de lo profundo del gobierno, porque violo sus propios principios, contradijo su discurso histórico y resigno uno de sus mayores logros ante la historia, la jerarquización de la política frente a otros factores de poder. El primer traspié lo produce el impresentable, al día de hoy ministro, Alak, como nunca había pasado a lo largo de 7 años de gobierno kirchnerista, la Policía Federal salió a reprimir una manifestación popular, que no otra cosa es la toma, desprovista de conducción política, por primera vez el gobierno dejó en manos de los comisarios los criterios a utilizar en el desalojo ordenado por la jueza Nazar.

Todos sabemos, y el gobierno más que nadie, cuáles son los criterios que usan los comisarios, la muestra es elocuente: tres muertos.

Como corolario de la tragedia, Aníbal Fernández, avanza sobre unos de los postulados fundamentales del kirchnerismo, la presencia impostergable del Estado. En una conferencia de prensa inexplicable, el Jefe de Gabinete le dice a cualquiera que quiera escuchar que el Estado va a desaparecer del lugar del conflicto que ya se ha cobrado tres víctimas. “La Policía Federal no va a ir al predio”, sentencio el jefe de ministros ante cámaras y micrófonos, es decir, decretó zona liberada en el lugar del conflicto para que se haga presente lo peor de una sociedad compleja. Y así pasó. No hace falta recordar la escena dantesca, en el mismo momento que la presidenta conmemoraba el Día de los Derechos Humanos en Casa Rosada.

Un escrito hecho público por Luis D’Elía expresa que a entender del líder piquetero las actitudes de Alak y Fernández, lejos de ser errores de apreciación, son medidas deliberadas con el objetivo de limar la imagen de la Presidenta. Con los datos en la mano no resulta un disparate pensar más en una trampa que en un error.

Epicentro verdadero, el núcleo de la cuestión (En nombre de la tierra)

Todo lo hasta aquí dicho, más profundo o más superficial, no alcanza para dar una explicación y por ende ayudar a avistar una salida definitiva al drama de la vivienda y la propiedad de la tierra.

Como una paradoja terrible, todo aquel que tenga la honradez intelectual suficiente puede apreciar que son justamente los hermanos bolivianos los que más adelantados están en el camino de resolver estas cuestiones dramáticas. Bolivia es el único país en el mundo que tiene una Constitución que no solo reconoce la preexistencia de los pueblos originarios sino que también lo hace con sus naciones, esa Constitución de avanzada establece en Bolivia un estado plurinacional. Además, hace pocos días se aprobó en la Legislatura una ley que se conoció como de defensa de la Pacha Mama, esa ley de defensa de la madre tierra impone algunos conceptos verdaderamente revolucionarios. Tipifica, sin pretender agotar, la lista de los agravios a la Madre Tierra, para que aquel que así quiera hacerlo pueda iniciar acciones judiciales contra quienes producen el agravio. Establece la creación de una figura institucional que llama, defensor de la Pacha Mama, que cumple las mismas funciones que aquí cumple el defensor del Pueblo, solo que en el caso de Bolivia la defendida es la tierra, nada menos.

El tercer punto destacado de esta ley es el inicio de un nuevo paradigma, la piedra fundamental en la construcción de una cosmovisión absolutamente nueva, es la revolución de los conceptos y definiciones hasta aquí consideradas en el mundo. “La ley prohíbe considerar a la tierra como una mercancía”.

La tierra es la madre de todos nosotros, es el lugar donde vivimos, de donde sacamos todo lo que necesitamos para vivir, no puede ser considerada una mercancía porque es esencial para la vida humana.

Esta visión revolucionaria, que seguramente será desarrollada y aceptada por la mayoría de los países del planeta a lo largo del siglo que vivimos, fue postulada por Evo Morales en la reciente cumbre de Cancún. Lamentablemente, debió hacerlo en plena soledad, nadie lo acompañó, incluso países como Venezuela, Ecuador, Argentina y Brasil no tuvieron el coraje de sostener la revolucionaria concepción de Bolivia, sobre el carácter de la tierra como un elemento no mercalizable.

En esta concepción, sin dudas, está la solución a los problemas de Soldati, pero también a los de Formosa y a los de los glaciares amenazados por las mineras, decidirse a encontrar el camino, tal vez sirva para que el gobierno nacional termine de ser un territorio en disputa y pueda llamarse, sin eufemismos, mentor de un proyecto nacional y popular.

Por Jorge A. Derra