Con 27 años, Leandro Costa es el concejal más joven del partido de Escobar y también uno de los más activos, al menos en 2012. Junto a la del kirchnerista José María Rognone, su voz es de las más críticas a la actual gestión municipal que pueden escucharse en el Concejo Deliberante.
Hijo del líder radical y senador provincial Roberto Costa, el edil vecinalista hizo una evaluación del año que pasó y trazó a grandes rasgos un panorama de lo que vendrá.
En ese contexto, aseguró que su bloque adoptará un rol “más incisivo” en el control de la administración que encabeza el intendente Sandro Guzmán, aunque afirmó que las riendas del Ejecutivo hoy están en manos del jefe de Gabinete, Walter Blanco.
¿Cuál es su balance de este primer año como concejal?
Absolutamente satisfactorio, porque todo lo que prometimos en la campaña lo propusimos, lo discutimos y lo debatimos, más allá de que la mayoría no fue aprobado por una cuestión de número a la hora de votar. Pero pudimos cumplir con todo, incluso lo que dijimos de ser la voz de otros partidos presentando sus proyectos.
¿El Concejo Deliberante resultó ser lo que pensaba antes de asumir?
Hay un cambio en el Concejo, existe un poco más de debate y se escuchan distintas voces. No me gustó que a fin de año varios concejales se hayan ido al Ejecutivo. Eso es bajarle el nivel al Concejo y casi faltarle el respeto a la gente. Al final terminan siendo candidaturas testimoniales. Circunstancialmente uno o dos pueden pasar, pero acá terminó asumiendo hasta el último suplente del oficialismo.
Algo totalmente inaudito en la historia política de Escobar…
Exactamente. Y calculo yo que en municipios vecinos, por lo menos, también. Estamos hablando de que la mitad de los concejales que asumieron ya no están en sus bancas.
¿Causa frustración ser uno de los solo tres concejales opositores?
No, porque yo entré sabiendo que esto iba a ser así, no fue una sorpresa. Sabía de la disciplina partidaria, que hay concejales que no le prestan atención a nada ni leen los expedientes y que muchas manos se levantan porque les dicen que las tienen que levantar. Pero entiendo que tengan el número y lo apliquen. Nosotros tenemos la conciencia tranquila porque cumplimos lo que prometimos y tenemos que trabajar para ser más.
¿Siente que cumplieron de la misma manera en la parte propositiva como en la de controlar los actos de gobierno?
Tuvimos que aprender mucho sobre la marcha. Seguramente pudimos haber sido más incisivos y este año vamos a poner un poco más de énfasis, tanto en las licitaciones y convenios como en la rendición de cuentas, que el año pasado votamos porque correspondía a un presupuesto que nosotros no conocíamos porque todavía no estábamos.
¿Con qué nivel de transparencia calificaría al Ejecutivo?
Nosotros hicimos muchos pedidos de informes, ninguno con saña, simplemente para obtener información, datos, y los concejales del oficialismo nunca los votaron. Entonces no puedo decir que el Ejecutivo sea poco transparente, porque esos expedientes ni siquiera le llegaron. De más de diez pedidos de informes que hicimos, el oficialismo no nos aprobó uno. Eso verdaderamente me molesta. Evidentemente, es más fácil gobernar cuando los demás no saben nada.
¿Siente que desde el gobierno local se respetan las críticas y posiciones de la oposición?
Depende. Recuerdo que cuando yo dije que el Intendente mentía mandaron al secretario de Proyección, Germán Maldonado, a contestar que le avergonzaban mis dichos, pero la verdad es que Sandro estaba mintiendo, porque terminó el año y no tenemos el túnel, ni el camino al Paraná ni un montón de obras que se anuncian y que nunca se terminan o ni siquiera se empiezan…
Hace un año dijo que este gobierno era de los menos malos que había tenido Escobar, ¿mantiene su opinión?
Respecto al año que pasó, sin dudas que la gestión municipal fue una de las peores de la historia de Escobar. No imagino cómo podría ser peor, no le encuentro nada bien. Y hasta el Intendente lo reconoce a través de todos los cambios que ha tenido en el gabinete. Es algo que se nota día a día caminando las calles. No se hizo una sola cuadra de asfalto, seguimos con el problema del agua corriente y las cloacas, que no se pone un caño y parece que nunca se va a poner, a pesar de todos los anuncios; aumentó el problema de las inundaciones a fin de año; la basura en las calles, se tercerizó el servicio de alumbrado público y si no empeoró sigue igual; se anunció un plan de bacheo pero las calles siguen repletas de pozos; las veredas están rotas en todos lados… Hay una falta de conducción escandalosa. Creo que piensan más en la política que en la gestión.
¿Sigue pensando que quien toma las decisiones hoy es Walter Blanco?
No tengo ninguna duda, pero el intendente es Sandro Guzmán y con una firma Walter Blanco deja de ser el jefe de Gabinete. Evidentemente es una conducción dual, donde Blanco está muchísimo tiempo más trabajando en el Municipio y debe ser por eso que es quien decide más. Al intendente no lo veo tanto, creo que tiene menos incidencia que antes.
De cara a los comicios de este año, ¿la idea de AVE es construir un frente electoral con la foto del 22 de noviembre en el Comité radical?
Sí, la idea es un frente electoral lo más amplio posible, dentro de los puntos básicos de gobierno y de actitudes de conjunto, que podamos ser una alternativa de gobierno para 2015. Yo me llevo muy bien con todos, pero el tema es que dependemos de la coyuntura nacional. Nuestra idea siempre fue construir algo fuerte desde el vecinalismo y estar electoralmente juntos. El tema es que si a nivel nacional salen diez candidatos, es muy difícil. Afortunadamente, creo que eso no va a pasar. Habrá tres grandes listas, como fue en 2009, y seguramente este frente va a pertenecer a una de esas tres listas. Estoy seguro de que vamos a hacer una elección muchísimo mejor que en 2011 y que al Intendente, o al Frente para la Victoria, le va a ir bastante peor.