Desde el alfonsinismo quieren “darle un giro de 180 grados a la política local”. Y afirman que “el Concejo Deliberante es un apéndice del Ejecutivo”.
Es un rasgo común de la centro derecha escobarense sin representación parlamentaria esperar casi de brazos cruzados a la llegada de las elecciones generales para esbozar algún atisbo de actividad y tomar posturas públicas sobre la realidad del distrito. Sin embargo, desde la corriente interna del radicalismo que se enrola tras la figura del diputado Ricardo Alfonsín, ahora definido como Morena (Movimiento de Renovación Nacional), decidieron presentarse a la sociedad para impulsar la conformación del frente opositor más amplio que se pueda generar como alternativa de gobierno municipal.
Con Gilda Giordano y María Isabel Pérez Membrade como principales referentes, el alfonsinismo escobarense ya empezó a desarrollar su prioritaria misión de recuperar a radicales retirados con reconocida militancia y, a la vez, seducir a afiliados y simpatizantes del partido radical.
En Escobar, el Comité dejó atrás en agosto una larga intervención. Como resultado de una lista de unidad negociada con bonificaciones, asumió la presidencia el ex concejal y actual titular del Colegio de Farmacéuticos del distrito, Daniel Alfaro, quien responde a la línea cobista del senador provincial Roberto Costa. La vicepresidencia partidaria, en tanto, recayó en la contadora Pérez Membrade, del ala alfonsinista.
Por ahora van pocas reuniones en el Comité y la convivencia interna es pacífica. No como para asegurar que la cohesión dure hasta la hora de las elecciones, pero sí para no descartar el milagro. Sin esperar a ese momento de definiciones acaloradas, Morena salió a abrir el diálogo con dirigentes de otras fuerzas del distrito y a convocar a todos los que quieran participar con vocación en la vida política de Escobar (preferentemente jóvenes).
“Somos gente común, que trabaja, profesionales, comerciantes, gente que está en entidades de bien público y ONGs, dirigentes barriales, que se juntó para rescatar principios fundamentales del radicalismo. Pensamos que tenemos que servir a la política y no servirnos de la política”, subraya Pérez Membrade en el comienzo de la entrevista.
En este aspecto, la contadora remarca: “Somos gente de trabajo, vivimos de nuestro trabajo y le damos un espacio, en mayor o menor medida, a la política. No vivimos de la política, tratamos de insertarla en nuestra vida cotidiana con un sentido de servicio y solidaridad. Y queremos darle un giro de 180 grados a la política local”.
“La única forma de cambiar las cosas es metiéndose en política y cambiando las estructuras. Hacer política en los bares no sirve, así como el destino no se puede cambiar desde una ONG”, afirma.
Ave Fénix
En las últimas elecciones, tres boletas peronistas se repartieron las diez bancas de concejales. ¿Consideran que hay terreno fértil para el radicalismo en estas condiciones?, preguntó El Día de Escobar.
“Creo que la sociedad nos volvió a abrir un crédito y nosotros tenemos que tener la suficiente capacidad para llegar a los objetivos que nos planteamos. A través de Alfonsín se dio un reencuentro muy positivo, porque tiene empatía con la gente y propone reencontrarse con lo que quiere la sociedad, de la que el radicalismo se había distanciado”, contesta el arquitecto Jorge Ghezzi.
Pérez Membrade, por su parte, analiza: “Sí, hay terreno fértil. El año pasado fuimos separados del GEN y del sector de Roberto Costa. Fue una masa de votantes que, de ir juntos, nos hubiera permitido insertarnos en el Concejo Deliberante. Esta vez vamos a hacer otra clase de intento, vamos a tratar de consensuar con otros partidos políticos. El diálogo y el respeto con el otro, la solidaridad y el consenso es lo que propone el estilo de Ricardo Alfonsín, pero no aliarnos con cualquiera para ganar una elección. Creo que la gente se va a acercar si resurge la idea de volver al radicalismo tradicional. La gente tiene ganas de que, así como existe una oposición en el Congreso Nacional, exista en el distrito y se puedan frenar algunas cosas”.
La ex concejal Marta Prota acota: “Que haya una oposición es la única manera de equilibrar un poco las cosas. Siempre tiene que haber distintas vertientes, porque la sociedad también tiene distintas formas de pensar”.
“Lo peor que le puede pasar a Escobar es que todo esté en manos de un solo sector. Hay que volver a la vieja política, con idealismos y principios, renaciendo a partir de los errores cometidos”, remata Giordano.
Críticas al panorama
En cuanto a la situación local, los cuatro plantean un abanico de preocupaciones: el apabullante avance de los emprendimientos urbanísticos y edilicios, la abrupta transformación de la estructura urbana de Belén de Escobar, el daño a los humedales, la instalación de un puerto de regasificación en la ribera del Paraná y la galopante ausencia de debate legislativo sobre estos y otros temas de vital trascendencia para el distrito.
“El Concejo Deliberante es un apéndice del Ejecutivo. Tiene que haber un mayor control sobre las decisiones que toma el Ejecutivo. Y al estar tan cerrado el Ejecutivo, con un Legislativo que le es funcional absolutamente, hay un gran problema de desinformación. Se han votado ordenanzas que van a afectar a Escobar y de las que hay un gran desconocimiento. Se han votado muchos proyectos en los que la gente no ha participado o ha participado escenográficamente, porque se la ha invitado a debatir en algo que ya estaba totalmente decidido de antemano”, señala Pérez Membrade.
“Escobar está creciendo mal”, retoma Prota. Y dispara contra la designación de funcionarios “de afuera” en el Municipio: “No hay que importar gente de otros distritos para que venga a regir los distintos de Escobar. En 200 mil habitantes tiene que haber, y la hay, gente capacitada para ejercer las funciones de gobierno”.
En este punto, la contadora expone que “la Municipalidad apartó a los profesionales y no hay suficiente cantidad de gente que sepa de varios temas, es puro voluntarismo. Hay que formar equipos con gente de Escobar y profesionalizarla”.
Como causa de muchos males, Giordano advierte la imperiosa necesidad de “concientizar a la gente para anticiparse a los males de Escobar y no actuar sobre hechos consumados”. Pero en esa tarea aparece un obstáculo difícil de superar: la apatía ciudadana. “Hay mucha gente que es escobarense pero no se siente parte de este lugar, no se inserta en el distrito a través de la participación. Hay que lograr que el escobarense se sienta escobarense”. Y, claro está, no es un juego de palabras.
Por Ciro D. Yacuzzi
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