Inseguridad en Garín: Tensa reunión entre vecinos y autoridades policiales

Bajo un clima de extremo nerviosismo, más de un centenar de vecinos de Garín participaron este miércoles a la noche de una reunión con las autoridades policiales del distrito, a las cuales criticaron duramente por la falta de respuestas ante la incontrolable ola de inseguridad y violencia delictiva que afecta a muchos barrios de la localidad.

“Los chorros andan todo el día armados en las esquinas y nadie hace nada. Le roban a todo el mundo, chicos, madres, ancianos, y en cualquier lugar, como en el almacén o en la puerta de la escuela, donde cada vez es más frecuente. ¿A cuántas personas más tienen que robar para que vayan presos?”, fue una de las tantas expresiones formuladas por los vecinos de los barrios Cri Cri, Bedoya, La Madrugada, La Loma y Garín Oeste, en cuya asociación vecinal se realizó el encuentro organizado por el propietario y director de FM Garín, Hugo Pimentel.

Como suele en ocurrir en esta clase de reuniones, los vecinos hicieron una especie de catarsis colectiva por la grave situación que les toca vivir y hasta se animaron a denunciar públicamente a los delincuentes que tienen a maltraer esas zonas calientes. “No son más de diez lacras y todo el mundo sabe quiénes son, pero ustedes no los agarran y ellos todos los días nos roban y lastiman. ¿Están esperando que les llevemos un muerto a la comisaría para que hagan algo?, denunciaron ante el titular de la comisaría Escobar 3ra, Daniel Luna, quien a la hora de las respuestas se amparó en la cuestión de la minoridad y la densidad demográfica de la ciudad.

“Sabemos quiénes son y algunos ya han sido aprehendidos y llevados a la comisaría. Pero la mayoría son menores, salen rápido y al otro día ya están haciendo lo mismo. Nosotros cumplimos con nuestro deber y hacemos lo que podemos. Lo demás ya depende de la Justicia”, declaró el jefe policial. «Garín creció mucho y los medios que tenemos no alcanzan para cubrirlo todo como corresponde, pero ya se está trabajando para que pase de tener cuatro a nueve cuadrículas, lo cual nos permitiría recibir más efectivos y móviles», adelantó.

La lista de hechos delictivos que se enumeró durante más de dos horas en la sede de la calle Lavalle al 4000 fue tan interminable como preocupante. “A mí ya me entraron a robar tres veces y la última vez tuve que tirarme al piso con mis hijos, porque me balearon toda la casilla y quedó llena de agujeros. ¿Qué tengo que hacer? ¿Mudarme? Así no se puede vivir más”, relató angustiada una madre de familia sobre lo acontecido en su domicilio de Beliera y Francia, una zona donde los robos y los disparos están a la orden del día.

Por su parte, otra mujer contó que a su hijo, de tan solo 5 años, le pusieron un revolver en la cabeza en una entradera sufrida en su vivienda. “Hice cuerpo a tierra para escaparme por la puerta de atrás y pedirle ayuda a mis vecinos, que llamaron al 911 y por suerte vino rápido. Los que me robaron son mayores de edad, hice la denuncia y siguen dando vueltas por el barrio. ¿Qué me van a decir ahora?”, protestó la señora. Y la respuesta policial no tardó en llegar.

“Muchas denuncias no vienen acompañadas de testigos y eso es clave para meterlos presos. Por eso les pedimos colaboración a los vecinos, que muchas veces se quejan con razón, pero que cuando le están robando al de al lado corren la cortina para no ver”, contestó Luna, quien al mismo tiempo aseguró estar trabajando “con todos los medios disponibles para prevenir estos hechos, aunque mentiría si les dijera que la solución va a llegar ya”.

Durante la reunión, realizada un mes después de la última marcha vecinal por el centro de la ciudad para reclamar seguridad, el titular de la comisaría local respondió las inquietudes y recibió las críticas junto al jefe de la Policía Local de Escobar, comisario inspector Miguel Fontana, y su par del Comando de Patrullas, comisario inspector Salvador Ruggiero.

“Lo único que le pedimos es que, aunque sea, patrullen a la noche, así los que nos levantamos todos los días a las cinco de la mañana para ir a trabajar y pagamos fortuna de impuestos podemos, al menos, dormir tranquilos. Ahora son las once de la noche y estamos esperando cuál puerta de la cuadra van a golpear”, concluyó indignado un vecino lindante al arroyo Bedoya, graficando así la realidad que se vive diariamente en los barrios más conflictivos de Garín.