Increíble pero real: Pelé compró la corona de flores para Maradona en Escobar

La muerte de Diego Armando Maradona (60) fue algo que sacudió al mundo, una noticia no del todo sorpresiva pero sí que nadie esperaba que se diera del modo repentino en que sucedió. Con miles de manifestaciones de afecto, agradecimiento y dolor de parte de los argentinos que se acercaron a despedirlo a la Casa Rosada y otros que se expresaron a la distancia.

Pelé, el rey del fútbol de Brasil, no quiso estar ausente y encargó una corona para despedir a su amigo, con la particularidad de que esa ofrenda se hizo en una emblemática florería de Belén de Escobar. Algo tan llamativo como real.

“El hecho de trabajar con las flores por todos lados hace que pasen estas cosas, raras a veces. Nos llamó una persona diciendo que hablaba de parte de Pelé y que necesitaba una corona para Maradona, porque en Capital estaba todo desbordado. Es alguien relacionado al mundo del fútbol”, le explicó a El Día de Escobar

Gastón Magnani, responsable de Flores Noelia.

La corona fue encargada especialmente en tonos verdes y amarillos, por los colores de la bandera brasileña y tal cual con la frase en portugués que tenía impresa: “Dios le dio el genio, el mundo le dio su amor”, rezaba el texto de la corona firmada por Pelé, tres veces campeón del mundo.

Antes de que la enviaran al velatorio les pidieron a los Magnani que manden una foto para que el propio astro la chequera y diera el visto bueno para ser enviada.

“La idea era llevarla a Casa Rosada, pero cuando íbamos por la cancha de River, a eso de las 14.30, nos llaman para que vayamos directamente al cementerio de Bella Vista porque era todo un caos y no íbamos a llegar. Fuimos y después de pasar varios controles con la camioneta tuvimos que bajar e ir caminando con mi papá”, detalla Gastón, que aún no termina de caer en el semejante momento que vivió.

“Fue increíble. Llevarle una corona al más grande del fútbol argentino y de parte de un astro como Pelé es inexplicable, muy loco. La gente y los medios nos pedían fotos de la corona cuando la llevábamos, algo lindo y que también nos ponía nerviosos. Hasta que entramos al cementerio, revisaron la corona y nos la hicieron dejar a dos metros de donde iba a estar el cajón”, contó.

“Nunca en mi vida hubiera pensado llevarle una corona a Maradona, algo emotivo y triste a la vez pero que nos enorgullece como comerciantes”, cerró el escobarense, tras un día de adrenalina, emoción y la satisfacción de la tarea cumplida.

Una historia increíble pero real, que unió a Maradona, Pelé y a la capital nacional de la flor, en una fecha que quedará grabada para siempre en la memoria de los argentinos.

Por Javier Rubinstein