Los hermanos Magnani, sobrevivientes de la tragedia de Once, iniciaron una campaña internacional para apoyar a los integrantes de la banda, detenidos a fines de diciembre.
Días atrás el escobarense Franco Zuculini festejo su segundo gol en el Zaragoza mostrando una remera que decía “Callejeros Inocente, La Música No Mata”. Horas después, el joven futbolista sería noticia mundial con ese festejo, cuya foto incluso fue tapa del prestigioso diario español Marca. Lo que casi nadie supo es que esa cruzada internacional para difundir la causa fue impulsada por cuatro muchachos de esta ciudad, que a partir de esa original idea piensan difundir y concientizar a la gente sobre la tragedia de República Cromañón y la inocencia de los músicos que están encarcelados desde el 20 de diciembre.
“La intención es juntar gente que pese para que se ponga una remera, si lo siente, con la simple idea de informar al planeta que Callejeros es inocente y que la música no mata”, explica a EL DIA de Escobar Sebastián Magnani, que trabajó durante seis años con la banda de Villa Celina y quien oficia de vocero de esta cruzada que va sumando adeptos, no sólo en Escobar. “Hable con Juancho -saxofonista de Callejeros- en la cárcel y le dije que lo peor que hicieron en sus vidas fue pifiar unos acordes, que era totalmente injusto que estuvieran presos, que había que activar la causa de alguna manera y conté con su apoyo”, agrega Sebastián, sabiendo lo complicado de la situación pero con un dejo de optimismo.
Las familias Magnani y Zuculini tienen una relación desde hace muchos años y simbolizada a la perfección con la amistad existente entre Gastón -el “Gato”- y el jugador oriundo de Escobar. En las pasadas fiestas de fin de año, y aprovechando la corta estadía del futbolista en suelo escobarense, los hermanos Magnani se reunieron con Franco para comentarle la “movida” que querían impulsar a nivel internacional. A “Zucu” le cayó muy bien y aceptó, no sólo por su amistad con el “Gato” sino también por la afinidad que siente por Callejeros.
Demás está decir que la idea fue todo un éxito y las fotos de la remera -que el mismo jugador pintó- recorrieron las portadas más importantes del mundo. “El objetivo era ese, que el mundo se entere y pregunte por Cromañón, y digan ¡guau! ¿Qué está pasando en la Argentina?”, afirmó Sebastián. En su opinión, “la sentencia fue toda una movida para darle de comer a la prensa después del mamarracho del caso Marita Verón”.
Más allá de esta frase y de la amistad que une a los Magnani con los músicos de Callejeros, se muestran muy sinceros y hablan de una responsabilidad compartida por todos los actores sociales presentes -incluidos ellos como público- aquella fatídica noche del 30 de diciembre de 2004 en República Cromañón, que pasó a la posteridad como una de las tragedias más importantes de nuestra historia.
Pero a su vez, y como fieles conocedores de la “Causa Cromañón” -Sebastián declaró en el juicio dos veces como testigo-, argumentan sólidamente porqué los músicos deberían estar libres: “La encarcelación es totalmente inconstitucional, porque el tratado de San José de Costa Rica expresa que para que una persona esté en prisión debe tener doble condena, cosa que en esta causa no ocurrió, ya que fueron absueltos en primer lugar y condenados más tarde por Casación”.
Los hermanos se encuentran orgullosos de encabezar esta cruzada, aunque reconocen que la batalla legal es larga y complicada y que deben sumar más “soldados” a la causa. A nivel internacional ya iniciaron contactos con Julieta Venegas y con René, de Calle, 13 para que se calcen las remeras.
“Arrancó con Zucu y esta bola recién empezó a rodar”, afirmó un convencido Sebastián sobre las expectativas de esta movida. “Como le dije a Zucu cinco horas antes del partido: si la causa es noble vas a meter un gol. Y bueno, como la causa es noble, todos vamos a hacer un gol. Ahora estamos entrenando para meterlo”.
Sobrevivientes, antes que nada
Los hermanos Magnani son sobrevivientes de la tragedia ocurrida en la madrugada del 30 de diciembre de 2004 en la discoteca de Once. Para ese entonces, Sebastián trabajaba como “plomo” de Callejeros -lo hizo seis años- y también había sido invitado a tocar -es saxofonista- en algunas presentaciones de la banda. A partir de esa noche, su vida cambiaría por siempre.
Estuvo 17 días internados en un hospital, cuatro de ellos en estado de coma. Sus hermanos Gonzalo y Gastón también estuvieron al filo de la muerte; este último crítico fuertemente a los que denostaron por años a los sobrevivientes -para la causa judicial meros fans- y dijo: “Nunca se valoró a un sobreviviente de Cromañón, siempre nos trataron como a una basura”.
Hoy en día tienen una amistad con los músicos de Callejeros -principalmente Sebastián con el saxofonista Juan Carbone-, a quienes visitan en el Pabellón J del Penal de Ezeiza todas las semanas.
La sentencia final
En el marco de la causa Nº 11.684, el 17 de octubre de 2012 la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal sentenció a 10 años y 9 meses de prisión a Omar Emir Chabán, gerenciador de “República Cromañón”; a 7 años de prisión al líder de Callejeros, Patricio Fontanet; a 6 años de prisión al baterista Eduardo Vázquez, y a 5 años de prisión a los restantes músicos de la banda: Christian Torrejón, Juan Alberto Carbone, Maximiliano Djerfy y Elio Rodrigo Delgado.
Todas las penas impuestas son de cumplimiento efectivo y a raíz de esto los músicos están detenidos desde el 20 de diciembre pasado, cuando Casación dispuso la detención de todos los condenados en la causa Cromañón y sólo les abrió la vía de queja ante la Corte Suprema de Justicia.
“Hay cinco músicos inocentes presos y Aníbal Ibarra -jefe de Gobierno en ese momento- hoy está de vacaciones en Punta del Este. Está todo mal desde un principio”, sentenció indignado uno de los Magnani.
Por Damián Fernández
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