Nuevamente una fiesta privada fue clausurada por el Municipio por no contar con autorización oficial para llevarse a cabo. Esta vez ocurrió en el barrio El Cazador, el domingo 25 a la mañana, y 500 personas debieron retirarse ante la suspensión del evento, denominado After Fest.
Según se informó desde la Comuna, en horas de la mañana el Destacamento Policial de El Cazador comenzó a recibir quejas de vecinos por vehículos que obstruían la vía pública y el alto volumen de la música proveniente de una fiesta que se estaba llevando a cabo en la calle Libertad, entre Las Calas y Goya, en la bajada al country Naútico.
A raíz de ello, personal de la Secretaría de Control de Gestión e Inspección General del Municipio se dirigió al lugar. Durante el recorrido por la avenida San Martín y la calle Kennedy observaron la marcación del camino con globos de colores a los cuales se habían adherido los volantes de la After Fest.
Al llegar al sitio los agentes verificaron que los organizadores eran los mismos que iban a realizar este evento en una quinta de Garín el día anterior, pero que habían aceptado suspenderlo al ser notificados por las autoridades de que desistieran de llevarlo a cabo.
Cuando los inspectores llegaron estaban descargando baños químicos, mobiliario y bebidas de un camión de fletes, todo lo cual fue decomisado con autorización del juez de Faltas Ariel Orentlijerman.
Asimismo, las más de 500 personas que habían concurrido a la fiesta debieron retirarse, mientras que una patrulla de prevención comunitaria quedó apostada allí para asegurar el retiro de todos los equipos del interior del predio.