“Se hace lo que se puede, lo mejor que se puede”, expresó el presidente de la CICOP, Alejandro Márquez. También afirmó que “es muy doloroso y es un estrés enorme” afrontar la segunda ola de la pandemia sin recursos suficientes.
“Se hace lo que se puede, lo mejor que se puede”, expresó el presidente de la CICOP, Alejandro Márquez. También afirmó que “es muy doloroso y es un estrés enorme” afrontar la segunda ola de la pandemia sin recursos suficientes.
Desde hace casi dos meses, con el inicio de la segunda ola de contagios de coronavirus, la situación en el hospital provincial Enrique Erill se fue tornando cada vez más angustiante. A punto tal que hace ya varias semanas la ocupación de camas en terapia intensiva es total y la guardia se convirtió en una suerte de internación transitoria para pacientes con cuadros complejos.
“No hay más lugar físico ni manera de atender correctamente a la cantidad de pacientes que asisten con necesidades urgentes, principalmente respiratorias”, sostiene el bioquímico Alejandro Márquez, quien preside la CICOP, una de las asociaciones gremiales que nuclean a los trabajadores del hospital de Escobar.
“El 90% de la guardia se ha transformado en Covid. Son pacientes muy delicados que deberían estar en terapia, pero como la terapia también está muy ocupada, se hace lo que se puede, lo mejor que se puede. Estamos en un colapso absoluto, no hay más lugar en la guardia”, enfatiza.
Marquez señala que, ante la insuficiencia de las plazas de internación y las dificultades para conseguir derivaciones, hay pacientes que son atendidos “en una silla”.
“Es inhumano, tanto para el que trabaja como para el paciente, estar siendo atendido en una silla porque las derivaciones no existen, el colapso es general. Lograr una derivación es algo difícil, casi imposible”, asegura.
La ínfima disponibilidad de camas para derivaciones obliga a los profesionales a tomar decisiones extremas: “Se va a derivar a aquella persona que tenga más chances arriba de otra. Es muy doloroso y es un estrés enorme no contar con las posibilidades para todos”, explica.
Ante un contexto tan crítico y apabullante, el representante sindical pondera especialmente el compromiso y la vocación del personal de Emergencias: “La única preocupación de la gente de guardia es no tener un tubo de oxígeno o un respirador para la persona que la necesite. Los trabajadores del hospital, pese a lo que estamos pasando, están a la altura de la situación”.
Actualmente el Erill está realizando una remodelación edilicia que le permitirá incorporar doce nuevas camas de internación para personas con coronavirus. Además, las especialidades “no Covid” de la guardia fueron reubicadas en otro sector.
“Hay que seguir atendiendo a la gente que tiene una fractura, que tiene diabetes o lo que sea. Esa gente sigue necesitando atención y atenderla o internarla en un ambiente donde todos son Covid, no es lo mejor”, opina Márquez.
Del mismo modo, y también de manera transitoria, la mayoría de los consultorios externos del hospital fueron trasladados al Centro de Atención Primaria de la Salud del barrio Las Lomas, en tanto que el centro de hisopados ahora funciona en la sede del Club Independiente de Escobar.
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