La escaramuzada la habría iniciado un interno que reclamaba ser trasladado a su domicilio para evitar contagiarse de coronavirus. Pero ninguno de los otros ocho reclusos se habría plegado. La situación no pasó a mayores.
Momentos de máxima tensión se vivieron este viernes a la noche en la comisaría 1ra de Escobar, a partir de un intento de motín iniciado en los calabozos que no pasó a mayores pero suscitó un fuerte despliegue de patrulleros y de bomberos voluntarios, ante una amenaza de incendio.
La escaramuza se inició alrededor de las 21 en las celdas de la seccional, donde están alojados nueve detenidos. Voceros policiales indicaron a El Día de Escobar que un interno reclamaba ser llevado a su domicilio alegando el riesgo de contagiarse de coronavirus.
«Se trata de un detenido que estuvo todo el día gritando, diciendo que quería cumplir la prisión en su domicilio. Hace un rato prendió fuego unas mantas y un colchón, pero sus compañeros no se plegaron. Incluso uno se peleó con él por lo que estaba haciendo», relató la fuente consultada por este medio.
El Día de Escobar también pudo saber que el presunto protagonista del motín sería uno de los dos detenidos por el asalto a una joyería de la avenida Tapia de Cruz, que fue arrestado hace un mes en la localidad de Campana, de la que es oriundo (ver nota acá).
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«Quiso aprovechar el revuelo que hay en algunas cárceles del país con el tema de los contagios, pero acá no hay nadie infectado. Es alguien que permanentemente está hostigando y tratando de generar problemas», expresó el portavoz de la comisaría.
De los nueve detenidos que hay en Escobar 1ra, tres habrían ingresado después de iniciada la cuarentena y estarían aislados, según trascendió.
Pese a que la situación no llegó a desmadrarse y quedó neutralizada en pocos minutos, varios patrulleros se apostaron en las inmediaciones de la sede policial y acordonaron la avenida Tapia de Cruz, entre Bernardo de Irigoyen y Alberdi. También se desplegaron unidades del cuartel de bomberos de la ciudad, que ingresaron a los calabozos con equipos autónomos de oxígeno por la humareda que había en el ambiente.
Con la situación controlada, las autoridades evaluaban los pasos a seguir y se daba por descontado el inminente traslado del autor de los incidentes a otra sede policial o bien a una unidad penitenciaria.