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Emocionado. Juan Peralba, conmovido, en el homenaje que le hizo el club al inaugurar el microestadio.
Como jugador y dirigente dejó una huella imborrable en el club, que en noviembre lo homenajeó en vida poniéndole su nombre al nuevo microestadio. Murió en su domicilio, a causa de una falla cardíaca.
El viernes 22 de noviembre del año pasado Sportivo Escobar inauguraba su nuevo microestadio y lo bautizaba con el nombre de Juan Peralba, un homenaje en vida hacia quien tanto había trabajado por el club durante décadas, tanto como jugador de fútbol y de básquet como en su rol de dirigente de la institución.
“Por fin el club tiene el estadio que siempre ambicionó tener. Siento mucha alegría y estoy muy emocionado, porque no es lógico que te hagan este reconocimiento en vida, había mucha gente que lo merecía también. Siento una emoción que me dan ganas de llorar, declaraba el “Gallego” en aquella inolvidable noche.
Su fallecimiento se produjo este miércoles a la mañana, mientras estaba en su domicilio de Belén de Escobar, donde cumplía la cuarentena por el Covid-19. En el último tiempo su salud no era buena y trascendió que habría sufrido una falla cardíaca que le provocó la muerte. Tenía 80 años.
Desde las redes sociales de Sportivo comunicaron la triste noticia y despidieron al ex dirigente con sentidas palabras: “Hoy nos toca despedir a una de las tantas almas de nuestro club, una parte fundamental y fundacional de su corazón. En algún lugar seguirá siendo parte de la más ruidosa hinchada y no se privará de algún gol o enceste. Hasta siempre Gallego. Vivirás por siempre en nuestro club. En tu club”.
Peralba se fue de este mundo, pero sus anécdotas e historias dentro de Sportivo quedarán para siempre. Hace ocho meses su nombre quedó inmortalizado en el microestadio de la calle 20 de Junio, donde será recordado por cada hincha y las futuras generaciones.
Por Javier Rubinstein
