El proyecto nació en 2009, en medio de la gripe A, y se potenció con la pandemia de coronavirus. Docentes y ex alumnos decidieron hacer un aporte social elaborando este insumo para colaborar con diversas instituciones públicas.
El proyecto nació en 2009, en medio de la gripe A, y se potenció con la pandemia de coronavirus. Docentes y ex alumnos decidieron hacer un aporte social elaborando este insumo para colaborar con diversas instituciones públicas.
Al igual que las universidades y sindicatos, las escuelas también salieron a realizar acciones solidarias con compromiso social en medio de la pandemia. Por caso, docentes y ex alumnos de la Escuela Técnica Nº2 de Garín ya llevan producidos más de mil litros de alcohol en gel que fueron donados al Municipio de Escobar, a los bomberos voluntarios de la localidad, al hospital de Moreno y a la Brigada de Explosivos de San Isidro.
Ubicado en el barrio 24 de Febrero, el establecimiento cuenta con la tecnicatura en Electromecánica y Química que, fuera de la cuarentena y la pandemia, contemplaba la producción de alcohol en gel como una pasantía de los estudiantes. Su objetivo siempre fue proveer voluntariamente este insumo esencial a “todos aquellos que lo necesitan y así pueda llegar a toda la comunidad”, aseguran desde la institución.
El proyecto nació en 2009, en medio de la gripe A, y cuando se construyó una planta en la misma escuela a la que pudieron equipar gracias a donaciones, colocando dispensadores de alcohol en gel en distintos puntos de la escuela.
La producción comenzó esta vez con el compromiso de ayudar y con un acuerdo con el Municipio, que les ayudó consiguiendo la materia prima desde Bolivia, que fue imposible de conseguir al comienzo de la cuarentena.
“Hacer esto nos llena de satisfacción. Es muy gratificante poder ayudar desde nuestro lugar de escuela, y más sabiendo que realmente lo necesitan”, asegura Matilde Peña, jefa de área de la escuela.
«Nos faltan recursos pero no nos faltan ganas. Estamos necesitando un agitador tipo medio móvil y cañerías de acero inoxidable para hacer la conexión que, por ahora, se carga de manera manual, por lo que apelamos a la solidaridad de las empresas del parque industrial que se quieran sumar», agrega Peña.
Al mismo tiempo, la escuela de Garín tiene la necesidad, como todas las demás, de continuar con el plan educativo: al ser una técnica, cómo seguir virtualmente con aquellas materias que son prácticas se transformó en un dilema.
“Se nos complica mucho por la diferencia de medios que tienen los alumnos, algunos con celulares o Tablet propios y otros teniendo que pedirle prestado el celular al papá o la mamá. Un tercio de los chicos no envían la tarea”, lamenta Marcos Costa, docente de carpintería de la escuela.
“Materias prácticas como las que doy, nos toca dar sólo la teoría que no alcanza. En el área de taller creemos que es un año perdido”, finaliza Costa.
Por Leandro Mendoza
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