Escrachan a delincuentes y protestan contra la Policía en un barrio de Garín

Decenas de vecinos del barrio La Matilde, en la localidad de Garín, volvieron a manifestarse este martes a la tarde para denunciar la situación de inseguridad que están atravesando. Denuncian que la Policía no actúa y que sufrieron cerca de 50 robos en apenas 20 días.

«Vivir en el barrio es muy traumático hace mucho tiempo y la gente se levantó porque no puede más. Nos han robado de madrugada, de día… Están sueltos y necesitamos más protección”, expresó una vecina a un móvil de Crónica TV.

«Entraron a robar a mi casa y, cuando vine a ver a la Policía, estaban durmiendo. No hay seguridad. Están, pero no actúan», se quejó otra mujer, que aseguró haber sufrido tres asaltos.

Los vecinos afirman que delincuentes vivían en una casa que está ubicada sobre la calle Inocencio Arias al 200, frente a la plaza Sarmiento, de donde se fueron hace unos días. «Ratas», «Rastreros», les escribieron en la pared del frente durante una convocatoria anterior.

A pocos metros hay una garita policial, pero el personal asignado no estaría cumpliendo su función de manera satisfactoria. «Están todos los días encerrados ahí comiendo galletitas y jugando con el celular, mientras a una cuadra de acá nos roban día y noche una y otra vez», aseguró un vecino.

También contaron que los malvivientes le roban a la gente que pasa cerca tirándole agua hirviendo. De esa forma, inmovilizan a sus víctimas y les sacan sus pertenencias.

«Hace un año que acá no se puede dormir. Estamos protegidos por la alarma vecinal, pero todos los días hay corridas, ruidos y gritos. No dormimos en paz», concluyó una vecina.

Estos hechos se dan en medio de una situación complicada en la localidad en términos de inseguridad, donde las denuncias de hechos delictivos se hicieron más fuertes en las últimas semanas. Por otra parte, siete presos escaparon de la comisaría 3ra hace diez días y su titular, Maximiliano Gelves, fue destituido (ver nota acá) 

El barrio La Matilde, ubicado a unas cuadras de la estación de trenes, supo ser un lugar tranquilo, pero ya no lo es. Su realidad no está ajena a lo que pasa en otros puntos de una localidad donde los delincuentes tienen a maltraer a sus propios vecinos.