Empresarios chinos analizan invertir en un desarrollo inmobiliario de Escobar

Corría el año 2011 cuando el anuncio de un proyecto edilicio sorprendió a los vecinos de Belén de Escobar. No se trataba de un una torre más sino de seis, con un hotel de lujo incluido y en una zona no tan cercana al centro. Su nombre: Floreal del Sol. Un lustro después, el faraónico emprendimiento se encuentra estancado, pero podría reactivarse con la llegada de dineros frescos provenientes de China.

El predio de la vieja fábrica de refractarios Abrayas, sobre la avenida San Martín al 500, fue el lugar elegido por el grupo Consol para desarrollar este complejo edilicio. Según las primeras proyecciones, en 2012 ya iba a tener dos torres inauguradas. Pero los cálculos resultaron demasiado optimistas.

Después de un largo parate, el grupo Consol lograría reactivar su iniciativa a partir del interés de un grupo de 14 empresarios del gigante asiático relacionados a las ramas de la construcción, la salud y la farmacéutica. En los próximos días, según se anunció, vendrán en misión comercial al país para evaluar la inversión. Los dos últimos están interesados en la clínica médica y de estudios complementarios que se realizaría en una de las torres.

La cadena de hotelería premium Mantra Group es una de las impulsoras de Floreal del Sol. Dos de las edificaciones, según el master plan original, formarán parte de un hospedaje de primer nivel, con 168 suites de lujo y 108 VIP que se sumarían a las cocheras, el centro comercial y servicios adicionales.

“Las empresas del partido de Escobar tienen mucha gente que va y viene y ante la falta de lugares de alojamiento termina instalándose en Capital. Con este emprendimiento, esos altos ejecutivos van a tener la posibilidad de un lugar de estancia o una vivienda a pocas cuadras del trabajo”, explicó a la revista DIA 32 el director del proyecto, Daniel Fontanini, en agosto de 2012.

El estar ubicado en una zona no céntrica pero de mucho tránsito vehicular, los trabajos en horarios no habituales y el posible impacto ambiental que pudiera causar alertaron a los vecinos de la zona. Pero desde la empresa respondieron que se generarían 2000 puestos de trabajo y la obra, en ese momento, fue declarada de “interés municipal”.

Pese a las promesas, las maquetas innovadoras, los bombos y los platillos, la realidad hoy exhibe una estructura a medio terminar dentro de una fosa enorme. Por lo visto, la definición de los empresarios chinos será crucial para el futuro de un proyecto que sigue generando controversia y muchos interrogantes.