Una de las tribunas del microestadio fue bautizada con su nombre, en reconocimiento al trabajo que realizó desde el Club Flamengo. Falleció en abril, al sufrir un paro cardíaco mientras jugaba un partido con amigos.
Una de las tribunas del microestadio fue bautizada con su nombre, en reconocimiento al trabajo que realizó desde el Club Flamengo. Falleció en abril, al sufrir un paro cardíaco mientras jugaba un partido con amigos.
En un acto cargado de emoción, el intendente Ariel Sujarchuk encabezó este sábado un homenaje a Leo Wasinger en el microestadio municipal de Garín. Desde ahora, una de las tribunas lleva su nombre, en reconocimiento al trabajo que realizó por el fútbol infantil de la localidad durante diez años y que se vio abruptamente interrumpido con su sorpresivo fallecimiento.
“El Tano”, como todos conocían a Leandro Andrés Wasinger, tenía 45 años y era un apasionado del fútbol. A tal punto que en 2009 decidió crear el Club Flamengo de Garín, dedicado íntegramente a la formación de los más chicos. Fue un líder humilde, emprendedor y entusiasta. Un tipo querido y respetado por todos.
Su vida se apagó el lunes 8 de abril, a la noche, mientras jugaba un partido de fútbol con amigos en la entidad deportiva que él mismo fundó en el barrio La Madrugada. Trágica paradoja. Sufrió un paro cardiorrespiratorio y no hubo forma de hacerlo reaccionar (ver nota acá).
“Nos enorgullece homenajear a un hombre como Leo, que fue una persona que se sintió mejor ayudando a los demás que a sí mismo. Por eso, es un honor que el primer nombre que figure cuando uno entra al microestadio sea el de un dirigente de un club de barrio”, expresó Sujarchuk.
El intendente también exaltó “los principios y la enorme generosidad” de Wasinger, quien “no tardó en abrir las puertas de su hogar para brindarles a niños y adolescentes del barrio un ámbito familiar de contención y formación, donde a través del deporte se inculquen valores de vida”.
Durante el acto, y con la presencia de su esposa y sus dos hijos, se descubrió una placa de reconocimiento al trabajo realizado por Wasinger y se bautizó con su nombre a una de las tribunas del microestadio, que lució ornamentado con las banderas rojas y negras de su amado club.
“A partir de ahora, cada vecino que ingrese al microestadio y vea su placa en la tribuna no solo recordará su nombre sino también su lucha”, recalcó el jefe comunal, quien estuvo acompañado por el secretario general del Municipio, Alberto Ramil, y el presidente del Concejo Deliberante, Luis Carranza, entre otras autoridades.
La emoción embargó a todos y tanto familiares como amigos y conocidos del “Tano” no pudieron evitar las lágrimas. Es que se fue en la plenitud de la vida y dejando un recuerdo inmejorable. También una huella. Y continuarla será, seguramente, el mejor homenaje que pueda recibir.
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