Por Miguel A. Jobe
Si el plan de ordenamiento urbano va a ser realizado con el mismo criterio que los festejos del cincuentenario, poco o nada pueden esperar la comunidad y las generaciones futuras.
Los festejos de los 50 años de la creación del partido de Escobar, lejos estuvieron de ser la fiesta que reúna a toda la familia escobarense, sin importar raza, credo o ideología política.
Cuando uno tiene la fortuna de poder festejar una fecha importante con su familia, de quienes primero se acuerda en participar es, justamente, a todos sus integrantes, aún con los que, por alguna circunstancia que nunca falta, se tengan discrepancias. Pero, en definitiva, uno trata de acuerdo a sus posibilidades, como final lo que comúnmente se dice “tirar la casa por la ventana”.
A decir verdad, uno hubiese esperado una gran convocatoria a toda la comunidad, un gran acto cívico-militar como acto central y, como corolario, un gran acto popular con la participación de figuras nacionales, como los que ya se han desarrollado anteriormente.
Pero simplemente, lo que natura no da, Salamanca non presta: los festejos del cincuentenario fueron para unos pocos y sin el brillo que hubiesen merecido.
Por cierto, me da la sensación, hasta el momento, de que lo mismo va a ocurrir con el tan esperado y necesario Plan de Ordenamiento Urbano del partido de Escobar. Confeccionado de antemano por extraños y foráneos, y pretendiendo ser avalado en primer lugar por los amigos del poder que nunca faltan y a los que poco les interesa el Escobar de los próximos 20, 30 ó 50 años.
Creo, entonces, necesaria una generosa convocatoria a toda la comunidad (instituciones, ONG’s, cámaras empresariales, colegios profesionales, partidos políticos, movimientos sociales, etcétera) a una gran audiencia pública. Que, aunque lleve varias semanas, todos puedan aportar su granito de arena y entonces, en un plazo máximo de seis meses, el Departamento Ejecutivo tome la decisión política de darnos el tan ansiado plan. Aún a sabiendas de que, a lo mejor, no conformará a todos, pero sí con el consenso de la gran mayoría de la comunidad, quienes, en definitiva, serán los que diseñarán el perfil del Escobar del futuro.
Qué lástima, se perdieron la oportunidad de colocar una copia del plan en el cofre que enterraron. Hubiese sido el mejor regalo para las futuras generaciones.
Miguel Antonio Jobe
Presidente del Honorable Concejo Deliberante de Escobar 1995/1999, diputado de la Nación 1999/2003 y concejal 2003/2007.
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