A pesar de la dolorosa y agónica derrota ante Alemania, en todo el país miles y miles de personas salieron a las calles para festejar el regreso de la Selección Argentina a una final de la Copa del Mundo, tras 24 años de frustraciones. Y el partido de Escobar no estuvo ajeno a ese clima, donde el orgullo y la tristeza fueron comunes denominadores colectivos.
En Belén de Escobar una verdadera multitud –similar a la del miércoles, tras la victoria en la semifinal frente a Holanda- se concentró en la tradicional esquina de Tapia de Cruz y Asborno. Grandes, jóvenes y mayormente chicos con banderas, camisetas y muchas caras pintadas de celeste y blanco se congregaron en el centro de la ciudad, donde no faltaron bombos, trompetas, pirotecnica y fervor.
En Garín, en tanto, un numeroso grupo de vecinos mantuvo cortado el tránsito sobre la autopista Panamericana. También festejaron en la plaza General Belgrano y en la zona de la estación. En algunos lugares de la ciudad se registraron incidentes aislados: grupos de inadaptados rompieron los vidrios del centro municipal de salud y trataron de entrar a robar a algunos comercios pero fueron repelidos por la Policía.