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Encantador. El lago con sus plantas acuáticas, el emblemático puente y su variedad de árboles.
Por protocolo sanitario, no se permiten más de 50 visitantes a la vez y la permanencia máxima es de 40 minutos. La entrada para mayores de 18 años está $35. Los menores de hasta 12 abonan $15.
Al cabo de siete meses de permanecer sin actividad por la irrupción de la pandemia por coronavirus en el país, el Jardín Japonés de Escobar reabrió sus puertas hace unos días. Un paseo ideal para recorrer y disfrutar el esplendor primaveral de la naturaleza.
Debido a la emergencia sanitaria, el tradicional y emblemático espacio de esparcimiento volvió a operar bajo un estricto procedimiento de sanidad, para contrarrestar la propagación del virus durante el paseo por sus instalaciones.
El predio de la calle Alberdi al 400, en Belén de Escobar, ya está abierto al público de martes a domingo, en el horario de 9 a 19. La capacidad máxima de visitantes está limitada a tan sólo 50 personas. A cada una se le toma la temperatura al ingresar.
También se estableció un tope para la permanencia en el siempre atractivo y coqueto parque: los visitantes sólo pueden recorrerlo en un único sentido -señalizado y controlado por el personal- durante 40 minutos.
El distanciamiento social (delimitado con pintadas en el piso), la utilización de barbijos y tapabocas y la desinfección de las manos también son requisitos obligatorios a la hora de desplazarse.
Todo aquel visitante que presente síntomas leves, como tos o resfrío, o la temperatura corporal supere los 37.5° no podrá entrar. También está prohibido el ingreso con alimentos y/o mate.
En cuanto a los precios de las entradas, los mayores de 18 años pagan $35 y las personas de entre 12 y 17 abonan $15. Los menores de 11, jubilados y las personas con discapacidades ingresan sin cargo.
El Jardín Japonés tiene 51 años de antigüedad: fue inaugurado el 4 de octubre de 1969 como regalo de la colectividad japonesa en agradecimiento a la hospitalidad recibida del pueblo escobarense.
Repleto de naturaleza, una gran variedad de árboles y plantas acuáticas, pequeñas montañas, espejos de agua, peces de colores, puentes, cascadas y farolas de piedra, entre otros elementos, hacen a su encantador paisaje, de 2.500 metros cuadrados de superficie.
