La asociación compartió junto a la comunidad las reliquias y obras de arte que atesora en su sede.
El Museo del Tren abrió sus puertas como todos los sábados a la tarde. Pero este 24 de noviembre no sería un día común y corriente como los demás. Es que la asociación Ferroamigos Club de Escobar cumplió 17 años de existencia y quiso compartir este grato momento con toda la comunidad.
Todas las miradas de grandes, jóvenes y chicos apuntaron a la gran obra de arte que ocupa el centro del salón. Se trata de la maqueta del ferrocarril a escala, una verdadera joya del ferromodelismo, diseñada y armada completamente por los socios del club que destinan gran parte de su tiempo libre a esta entidad y, en particular, a seguir perfeccionando la maqueta.
Además de observar esta belleza en movimiento, los más chicos se dieron el gusto de jugar al motorman y manejar algunas de las formaciones -pueden funcionar seis al mismo tiempo-, ya sean de pasajeros o de carga, cruzando puentes y hasta la mismísima montaña “dinamitada”, un espectáculo que no deja desperdicio alguno.
“Tratamos de que los chicos puedan manejar, les explicamos la responsabilidad que conlleva porque esto no es un juguete, pero ellos entienden, se portan bien y les fascina sentirse maquinistas por un ratito”, señaló Diego Ferrari, tesorero de Ferroamigos.
Más allá de esta maqueta a escala, una verdadera obra de ingeniería pero por sobre todo de amor, los presentes pudieron observar piezas de un valor simbólico incalculable y de paso llevarse de recuerdo más de una anécdota sobre la historia del ferrocarril. Entre los numerosos objetos expuestos se distinguían las zorras de vía -alguna de ellas con más de cien años-, asientos de vagón reclinables, carteles de señalización, faroles a kerosene y taquillas con sus boletos originales, entre otros.
Después de varias horas de recibir gente, explicar, hacer jugar y tratar de mantener todo bajo control, los socios de la asociación cerraron sus puertas al público y se hicieron un tiempo para darse el gustito de descorchar un espumante y brindar por un año más de vida, que no es, para nada poco.
Hace 17 años…
El Ferroamigos Club de Escobar nació en 1995, en la casa de Eugenio Carballo -actual secretario de la asociación-, cuando ocho amantes del tren decidieron plasmar de alguna manera todo el amor que sentían por el ferrocarril. Después de años consiguieron el edificio donde actualmente funciona.
Antiguamente ese lugar funcionaba como galpón de carga de la estación Escobar del Ferrocarril Mitre, pero al momento del ingreso de los socios el mismo estaba totalmente abandonado, vandalizado, hasta incendiado, por lo que tuvieron que trabajar día y noche para dejarlo en las condiciones óptimas en las que se encuentra hoy.
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