A pura alegría y rock, la popular banda realizó en Maschwitz su primer recital desde la llegada de la pandemia. “Gracias por hacernos sentir vivos. Fuimos felices por un rato”, expresó su cantante, el “Mono” Fabio.
A pura alegría y rock, la popular banda realizó en Maschwitz su primer recital desde la llegada de la pandemia. “Gracias por hacernos sentir vivos. Fuimos felices por un rato”, expresó su cantante, el “Mono” Fabio.
La atípica 57º edición de la Fiesta Nacional de la Flor, que debió realizarse de manera virtual por la pandemia, tuvo este lunes un cierre también atípico y por demás alegre: el autoconcierto de Kapanga en el estacionamiento del Maschwitz Mall, organizado por la Secretaría de Cultura del Municipio.
Poco más de doscientos afortunados -la capacidad es de unos 75 autos- disfrutaron de un espectáculo estupendo, por los artistas, el sonido y la puesta en escena, en un contexto de nueva normalidad que le dio una connotación inevitablemente especial y singular. Para quienes no tuvieron la suerte de ganar el sorteo de las entradas, quedó el consuelo de seguir la transmisión en vivo por el canal de YouTube del Municipio.
«Es un placer enorme sentirnos vivos, por un rato», expresó el «Mono» Martín Fabio, que a lo largo de más de sesenta minutos desplegó su habitual gracia y simpatía por el escenario, con bromas y ocurrencias que la gente celebró con bocinazos y luces.
La lista del reportorio estuvo acotada a doce canciones y arrancó bien arriba con El universal, La crudita y No me sueltes. «Dos bocinazos si se escucha bien», pidió Fabio, divirtiéndose con el público y el inusual formato del show. Fue el primer vivo desde el inicio de la pandemia para la banda oriunda de Quilmes, que hasta ahora viene incursionando exitosamente en el campo del streaming.
«Qué locura hermosa. Qué feliz de estar contento que estoy», siguió el siempre alegre y divertido líder del grupo, que dejó chistes y frases a granel. El show siguió con Descarte, Para ir muy lejos
-su canción preferida, reveló-, Todavía y Miro de atrás.En el segundo tramo del recital se vio la mayor conexión entre la banda y el público. Y así como los más fervorosos tuvieron que aguantar en sus autos las ganas de saltar y poguear, desde arriba del escenario las incitaciones a bromear con luces y bocinas resultó una alternativa para divertirse y pasar un buen momento a pesar de las limitaciones.
Entre tantos chistes y bromas, el cantante hizo un comentario sobre su participación en Masterchef Celebrity que derivó en una graciosa asociación entre la Fiesta Nacional de la Flor y el cultivo de cannabis: «Estamos en la tierra prometida», lanzó, con su natural picardía.
El albañil, Desearía, Me mata y Rock marcaron el sendero hacia el final, que llegó con un clásico con el sello de Kapanga: El mono relojero. Y el efusivo agradecimiento de Fabio al público: «Gracias por hacernos sentir vivos. Fuimos felices por un rato».
Así, de manera totalmente distinta, la Fiesta de la Flor le bajó el telón a su 57º edición, que por primera vez se realizó de manera virtual y alcanzó a unas 50 mil personas a través de su sitio web y redes sociales, según se informó. Nada mal, para un año perdido.
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