“Egipto no está tan lejos”

Escobar lleva ya casi treinta años de modorra política. ¿Podrán sacudirlo los jóvenes? Por Ricardo F. Choffi.

lunes 05 febrero, 2024

Una vieja discusión de la política criolla es si la verdadera militancia se ejerce en los medios o los barrios. En la hoy lejana campaña de Alfonsín de la vuelta de la democracia se inició el camino del marketing político y se lo ha exagerado desde los ‘90 del innombrable.
Hoy irrumpe sin pedir permiso una nueva forma de militancia, impensada hace unos pocos años e impulsada por los jóvenes que, según mi forma de ver, está acercando la brecha entre la calle y los medios, el barrio y los círculos de debate, los dirigentes y el pueblo. Y hasta podría acercarnos a Egipto. Las redes sociales y los bloggers.
Hace unos días, en Egipto cayó un régimen con 30 años en el poder. Pero no era un régimen tradicional sino que estaba sostenido económicamente por dos potencias como Estados Unidos e Israel. El aparato estatal controlaba casi toda la actividad comercial y se sometía a toda la ciudadanía. En las elecciones era muy difícil participar y presentar candidatos. Incluso, a sectores del mismo partido gobernante.
Pero el pueblo, hastiado, encontró un medio para organizar una revolución, encontró un líder y hasta tuvo que lamentar un mártir que disparó una gran movilización popular, en su gran mayoría de jóvenes. Si estuviéramos en los ‘60 diríamos que ese líder podría surgir por su carisma y la fortaleza de un grupo de rebeldes barbudos vestidos en verde olivo armados con fusiles soviéticos. Pero no. Es un joven con modernas vestimentas occidentales y de aspecto frágil, Wael Ghonim, ejecutivo de la empresa de Internet Google y sin más armamento que su polifuncional teléfono celular, indispensable para convocar a sus seguidores desde Facebook y Twitter.
El mártir asesinado por la policía del régimen no era un revolucionario lanzando bombas molotov, sino otro joven de 28 años sorprendido en un cyber intentando escribir en su blog, una herramienta que escapaba al severo control estatal y terminó por movilizar a las masas que finalmente obligaron a abdicar al eterno Presidente Mubarak.
Cualquier semejanza con nuestra realidad local es pura coincidencia.
Los escobarenses sabemos lo que es tener un régimen sostenido en el tiempo sin posibilidad de ganarle elecciones porque ellos mismos imponen las reglas, las trabas y las presiones en la conformación de listas, desmotivando la participación. Sabemos que se tiene el apoyo ya no de potencias extranjeras sino de la inversión pública de la Nación y de la Provincia. También sabemos del casi total control de la economía por el aparato estatal que somete hasta las voluntades más resistentes. Ni hablar de la obsecuencia y sumisión de la mayoría de los medios de prensa tradicionales.
Aunque nos enseñó el General Perón que nuestro movimiento desea tener “héroes y no mártires”, quizás los jóvenes sin tantas obligaciones económicas ni familiares y con el manejo natural e innato de una herramienta aún semi-anárquica como Internet logren sacudirnos de una modorra política que lleva ya casi 30 años, casi tanto como el régimen de Egipto que por fin terminó.
Quizá Egipto no nos quede tan lejos.

Una vieja discusión de la política criolla es si la verdadera militancia se ejerce en los medios o los barrios. En la hoy lejana campaña de Alfonsín de la vuelta de la democracia se inició el camino del marketing político y se lo ha exagerado desde los ‘90 del innombrable.

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Hoy irrumpe sin pedir permiso una nueva forma de militancia, impensada hace unos pocos años e impulsada por los jóvenes que, según mi forma de ver, está acercando la brecha entre la calle y los medios, el barrio y los círculos de debate, los dirigentes y el pueblo. Y hasta podría acercarnos a Egipto. Las redes sociales y los bloggers.

Hace unos días, en Egipto cayó un régimen con 30 años en el poder. Pero no era un régimen tradicional sino que estaba sostenido económicamente por dos potencias como Estados Unidos e Israel. El aparato estatal controlaba casi toda la actividad comercial y se sometía a toda la ciudadanía. En las elecciones era muy difícil participar y presentar candidatos. Incluso, a sectores del mismo partido gobernante.

Pero el pueblo, hastiado, encontró un medio para organizar una revolución, encontró un líder y hasta tuvo que lamentar un mártir que disparó una gran movilización popular, en su gran mayoría de jóvenes. Si estuviéramos en los ‘60 diríamos que ese líder podría surgir por su carisma y la fortaleza de un grupo de rebeldes barbudos vestidos en verde olivo armados con fusiles soviéticos. Pero no. Es un joven con modernas vestimentas occidentales y de aspecto frágil, Wael Ghonim, ejecutivo de la empresa de Internet Google y sin más armamento que su polifuncional teléfono celular, indispensable para convocar a sus seguidores desde Facebook y Twitter.

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El mártir asesinado por la policía del régimen no era un revolucionario lanzando bombas molotov, sino otro joven de 28 años sorprendido en un cyber intentando escribir en su blog, una herramienta que escapaba al severo control estatal y terminó por movilizar a las masas que finalmente obligaron a abdicar al eterno Presidente Mubarak.

Cualquier semejanza con nuestra realidad local es pura coincidencia.

Los escobarenses sabemos lo que es tener un régimen sostenido en el tiempo sin posibilidad de ganarle elecciones porque ellos mismos imponen las reglas, las trabas y las presiones en la conformación de listas, desmotivando la participación. Sabemos que se tiene el apoyo ya no de potencias extranjeras sino de la inversión pública de la Nación y de la Provincia. También sabemos del casi total control de la economía por el aparato estatal que somete hasta las voluntades más resistentes. Ni hablar de la obsecuencia y sumisión de la mayoría de los medios de prensa tradicionales.

Aunque nos enseñó el General Perón que nuestro movimiento desea tener “héroes y no mártires”, quizás los jóvenes sin tantas obligaciones económicas ni familiares y con el manejo natural e innato de una herramienta aún semi-anárquica como Internet logren sacudirnos de una modorra política que lleva ya casi 30 años, casi tanto como el régimen de Egipto que por fin terminó.

Quizás Egipto no nos quede tan lejos.

Hasta la victoria…

Por Ricardo F. Choffi

Agrupación Arturo Jauretche de Escobar

ricardochoffi@hotmail.com