El equipo del barrio San Miguel rescató un punto sobre la hora, gracias al tanto de Matías Rojas. Así, en su último partido de local, los dirigidos por Pulciano Aquino cortaron una racha de cuatro caídas consecutivas.
Este sábado se vivió un empate con sabor a victoria en el barrio San Miguel. Teniendo en cuenta el agónico gol de Matías Rojas y que, hasta ese momento, Armenio iba encaminado a su quinta derrota consecutiva, se podría decir que fueron más las sonrisas que las caras largas en la tribuna tricolor. La escuadra de Pulciano Aquino rescató un punto cuando se moría el partido y, por lo menos, dejó cierta satisfacción en su público.
El conjunto de Maschwitz salió a su último partido del campeonato ante su gente con las expectativas de cortar su mal momento. Para ello, el DT se la jugó con el juvenil Fernando Cantero de entrada y con la número 10. El aporte del novel delantero, más las apariciones del siempre destacado Matías Rojas, le daban al dueño de casa la tranquilidad de manejar el duelo de colectividades frente a un rival con caras conocidas, como el mediocampista Sebastián López y el entrenador Hugo Smaldone.
Como pasó en casi toda la temporada, el equipo de la diáspora no era capaz de traducir su dominio en goles y lo terminaba pagando. El tanto de Ojeda a los tres minutos del complemento fue un golpazo para el tricolor, que hasta el momento no venía haciendo mal las cosas pero era perjudicado por su déficit ofensivo.
Tras la apertura del marcador, el reloj se fue consumiendo rápidamente mientras las situaciones pasaban y el 1-0 no se movía. No hubiera sido anormal que Armenio termine perdiendo una vez más, padeciendo la quinta caída en fila, pero cuando todos los pronósticos daban nubarrones grises apareció la única persona capaz de darle brillo a un equipo discreto: Matías Rojas, cuando ya se jugaba en tiempo cumplido, batió al arquero Correa y selló la paridad.
Final con uno de esos empates que se celebran casi como si fueran tres puntos. Deportivo Español logro su objetivo, mantuvo la categoría y su gente debe estar con mayor algarabía, pero haber cortado la seguidilla negativa sobre el epílogo del encuentro dejó algo más que alegría en los corazones tricolores que, por lo menos, se despidieron sin ver caer a sus jugadores.