Se la conoce como “mariposa negra” y es capaz de generar dermatitis intensa, fiebre alta y problemas bronquiales de mediana duración. Cómo reconocerla y eliminarla sin riesgos.
Si de transmisión de enfermedades se trata, el mosquito y el dengue no son lo único que debería preocuparnos. Un biólogo de la UBA detectó en varias ciudades bonaerenses y a pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires un tipo de polilla que causa reacciones alérgicas graves, que pueden durar hasta 60 días.
A simple vista, y más cuando no se la conoce, la Hylesia nigricans puede confundirse con una polilla de esas que a la noche son atraídas por las luces potentes. Sin embargo, posee características que nos pueden ayudar a reconocerla rápidamente: mide 4,5 centímetros con las alas abiertas, es de color negro y tiene unos “pelos” en el cuerpo que son los causantes de los problemas de salud en el ser humano.
Sólo las hembras de esta mariposa negra, cuya oruga se conoce también como gata peluda o bicho quemador, son capaces de causar dermatitis intensa, con ronchas y hasta ampollas, fiebre alta y problemas bronquiales que pueden durar entre 2 y 60 días. Según los informes médicos disponibles, una persona puede necesitar hasta cinco consultas antes de obtener un diagnóstico correcto.
Pero una reacción en la piel tratada a tiempo con fármacos antihistamínicos, por ejemplo, puede durar unos 11 días. Eso justamente le ocurrió al biólogo Esteban Avigliano al regresar de un viaje a Zárate-Brazo Largo para una recolección habitual de insectos. Entre ellos, había varias hembras de Hylesia nigricans.
“La gente común las ve, no las conoce y les da un chancletazo. Eso hace que estas polillas liberen pelos o pelusas, que en realidad son escamas huecas propias de la mariposa que producen dermatitis, problemas respiratorios y cuadros febriles graves al insertarse en la piel. Eso ocurre porque esas escamas contienen histamina”, explicó a LA NACION el licenciado Avigliano, docente de los departamentos de Biodiversidad y Biología Experimental, y de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Hace diez días, él encontró por primera vez ejemplares en su casa, en Escobar. También hay en La Plata, Tigre, San Fernando, Berisso y sus alrededores. Entre 2000 y 2002 se detectaron plagas de esta polilla en Berisso. Lo mismo ocurrió en la zona sur de Corrientes y en Entre Ríos.
“Este verano encontramos ejemplares a muy pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Ahora que hay muchas, sería muy importante realizar una campaña para que la población aprenda a reconocerlas para evitar el contacto con sus escamas”, agregó el biólogo, que ganó una beca del Conicet para comenzar este año el doctorado en Ciencias Biológicas.
Pero no sólo hay que tener cuidado al tratar de deshacerse de los adultos. Los sacos con los huevos y el capullo de la polilla también poseen esas escamas urticantes, que en la hembra están ubicadas en la parte posterior del abdomen.
“Cuando pone los huevos, las escamas pasan a la superficie del saco, mientras que la larva o gata peluda también causa urticaria o quemazón a través de las espinas con histamina que posee en el cuerpo”, precisó el experto.
La mariposa negra, que no vive más de seis días, se alimenta de hojas de distintos árboles (sauce, álamo, yerba mate, arce, plátano y plátano falso). Una sola hembra pude poner más de 200 huevos, siempre entre febrero y marzo. La oruga nace recién entre octubre y diciembre, y el adulto vuela, migra y se reproduce entre fines de diciembre y marzo.
El contacto con las escamas no sólo se da al tratar de podar los árboles en una plaza o al tocar la cortina o la pantalla de la lámpara donde se posó la polilla (ver “Consejos para eliminarla sin riesgos”). También se dispersan con el viento; al inspirarlas pueden afectar las vías respiratorias.
“Es importante que la población conozca sobre la existencia de esta polilla, ya que se siente muy atraída por las luces y puede entrar en las casas y causar complicaciones de salud a todos sus habitantes”, finalizó Avigliano.
Consejos para eliminarla sin riesgos
Para eliminar la Hylesia nigricans hay que tomar precauciones, fundamentalmente para evitar el contacto con sus escamas. En casa, eso incluye no pisarla con el pie descalzo ni aplastarla con la mano. Si se usa un elemento o el calzado, no barrer en seco para evitar levantar las escamas, y lavar el piso o la superficie sobre la que estaba el insecto. Una buena idea es usar mosquiteros y evitar las luces cerca de las ventanas. En sitios como clubes, countries o campings, el licenciado Esteban Avigliano aconseja usar una sustancia con la bacteria Basillus thuringiensis para fumigar las plantas, que es de lo que se alimenta la polilla.
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