Vecinos que ocuparon el predio de Villa Alegre dijeron haber sido baleados y golpeados. El comisario Vara los desmintió.
Apenas un puñado de las 70 familias que fueron desalojadas de un predio privado de Villa Alegre la semana pasada volvieron a movilizarse este martes a la mañana hasta las puertas del Palacio Municipal y luego a la fiscalía, acompañados por referentes y militantes de agrupaciones de izquierda y organizaciones sociales.
En la Municipalidad fueron atendidos por el secretario de Gobierno, Horacio Bozzano, quien desligó a la Comuna del desalojo y de la posibilidad de darles una respuesta a sus necesidades habitacionales, según contaron a la salida del despacho. “Nosotros estamos dispuestos a comprar esos terrenos en cuotas que estén a nuestro alcance, pero acá nos dicen que no pueden hacer nada”, expresó una mujer, oriunda de San Martín y madre de ocho hijos.
Por su parte, otro de los vecinos que participó de la marcha denunció haber sido víctima de una injustificada represión policial. No el día del desalojo sino 48 horas después, cuando estaba en el predio junto a un grupo de familias que se habían reunido para compartir una olla popular y un fogón.
“Vinieron como 50 policías y, sin decirnos nada, empezaron a disparar balas de goma. Nos gritaron ‘avancen, avancen’ y empezamos a correr. A mí me dieron dos tiros en la espalda, me caí, y cuando me levanté seguían disparándome. A otro pibe le llenaron la pierna de perdigones de acero. También le pegaron a un chico que salía de un kiosco y no tenía nada que ver”, relató Alberto Omar Mendoza a El Día de Escobar
.“Teníamos mercadería que nos habían donado y ellos la agarraron, la tiraron a un pozo y la prendieron fuego. Nos rompieron los platos, los vasos, las cucharas, hicieron mierda todo”, expresó el muchacho, que en julio pasado se había instalado en el predio junto a su mujer y su pequeña hija. Ahora, los tres volvieron a vivir de prestado en la casa de su cuñada, enfrente de ese descampado.
No fue la suya la única voz que denunció excesos policiales en la mañana del miércoles 21. María Riquelme, que vive a unas cuadras del predio usurpado, le contó a este medio que su sobrina, embarazada de seis meses, recibió varios golpes de tonfas.
“Ella iba corriendo por la calle cuando la agarraron unos policías y le pegaron con el palo de goma que tienen. ‘Salgan de acá, salgan de acá, este terreno tiene dueño, no pueden ocuparlo’, les gritaban”, relató la mujer.
La versión policial
Consultado por El Día de Escobar, el jefe de la comisaría 1ra desmintió por completo las declaraciones de Mendoza y de Riquelme. “Esa mañana habían hecho una barricada de maderas y alambre sobre Berutti y otra sobre Falucho para no dejarnos pasar. Además, al móvil que había quedado de consigna le tiraban piedras y se tuvo que retirar. Cuando llegamos también nos recibieron a piedrazos y desde las casas de enfrente nos tiraban con gomeras. Por eso disparamos balas de goma para dispersarlos, pero nunca hubo un enfrentamiento cuerpo a cuerpo ni se usaron tonfas”, aseguró el comisario Carlos Vara.
“De todo lo que pasó tenemos tres testigos que firmaron el acta y se inició un sumario por resistencia a la autoridad” completó.
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