Después de veinticinco años de constantes divisiones, los distintos sectores del radicalismo local volvieron a darse la mano a través de una lista de unidad para conducir el Comité de Escobar.
Las elecciones internas de este domingo 6 en el distrito contradijeron al resultado general de la provincia, ya que el cobismo, representado por la estructura del senador provincial Roberto Costa, se impuso en las urnas por amplio margen al alfonsinismo (950 a 240 votos). No obstante, en el plano local se llegó a un acuerdo previo para que ambos sectores fusionaran a sus candidatos bajo las figuras del ex concejal Daniel Alfaro como máxima autoridad partidaria y la contadora María Isabel Pérez Membrade en la vicepresidencia.
Las nuevas autoridades asumirán en sus funciones en agosto con la necesidad de reorganizar institucionalmente a la UCR local, que en estos últimos años estuvo intervenida por acefalía.
Alfaro se perfila
“La tarea principal, que ya la hemos hablado, es recuperar a la gente del radicalismo. En el padrón tenemos gente importante, profesionales, comerciantes, vecinos de los barrios y de las distintas localidades, que tienen que volver a encontrar en el comité el lugar de referencia política”.
Suena entusiasmado y convencido Daniel Alfaro, que tras quince años de ausencia en la escena política regresa para encabezar un proceso de recuperación del radicalismo. Una nueva responsabilidad para él, que presidió el Concejo Deliberante tras el regreso de la democrática en 1983, fue concejal durante dos mandatos, tuvo una candidatura a senador provincial y en la actualidad es presidente del Colegio de Farmacéuticos del distrito.
Mano a mano con El Día de Escobar, Alfaro fijó su posición sobre los resultados de las recientes elecciones, los próximos desafíos en el orden distrital y la actualidad política escobarense.
¿Qué conclusiones saca de los resultados de las elecciones?
Que hay una fuerte imagen de Ricardo Alfonsín, el nombre pesa demasiado y la gente votó lo que ya conocía. En contraposición, el otro sector no puso todo lo que había que poner.
¿Jugó en contra el apoyo de Cobos?
Al contrario, sinceramente creo que le jugó más en contra a Cobos el apoyo de Storani y Moreau que al revés. Cobos mantiene una imagen buena dentro de muchos sectores del radicalismo y la sociedad. Storani y Moreau están pagando el desgaste de tantos años.
Que haya votado solo un 11% del padrón local, ¿es un dato relevante?
Es un dato producto de la desmovilización que el partido tuvo desde 2001 en adelante, en todos lados, pero hay que hacer varias lecturas. En primer lugar, el padrón del radicalismo habría que depurarlo, porque seguramente los afiliados son muchos menos. Además, esta era una elección partidaria que no despertaba grandes pasiones en nadie. Pero en las últimas internas, en 2005, votaron 600 personas con un padrón más grande. Entonces, en comparación, esta interna es un buen signo. Creo que estamos en el buen camino.
¿Cómo fue posible dejar atrás las diferencias y lograr una lista de unidad en el distrito?
Los enfrentamientos en los pueblos muchas veces pasan más por las personas que por las ideas, uno termina enfrentándose muchas veces sin saber por qué. Pero ahora todos consideramos que era necesaria una lista de unidad y que no tenía mucho sentido pelear por un Comité para el que todos tenemos que trabajar y aportar. En tres reuniones nos pusimos de acuerdo y hubo una integración muy generosa.
Bajo su presidencia, ¿la UCR pasará a ser la base de sustentación política de Roberto Costa?
Con Roberto somos muy amigos, lo vengo acompañando en política desde hace muchos años y no tengo diferencias con él. Pero está claro que él tiene mucho para trabajar en su ámbito, que es la provincia, y que yo y muchos otros vamos a trabajar en el ámbito local. Cualquier Comité que tenga representantes de su distrito en la provincia tiene que sentirse contento, porque políticamente sirve.
¿Cómo se hace para recuperar el terreno perdido?
En la última elección, la división le costó al radicalismo dos o tres concejales, al margen de los que tiene AVE. Y en términos de poder político, eso es importante. Después de la elección nos dimos cuenta la oportunidad que dejamos pasar, fue tonto y doloroso, porque son espacios que no se pueden regalar. Pero así estamos. Por eso hay que buscar buenos candidatos, que los hay, y empezar a mostrarle a la gente caras nuevas, que no estén tan castigadas, cuestionadas ni manchadas.
¿Cuál es su impresión sobre la actualidad política del distrito?
Escobar, en muchos aspectos, es una copia del gobierno nacional. Hay mucho dinero dando vueltas y se están moviendo muchas cosas, pero hay una serie de desprolijidades y descuidos tan grandes que muchas veces se termina tapando lo bueno que se quiere hacer. Escobar no está estancado, es cierto, pero al avanzar tira postes, se va a la banquina, derrapa y hay que tener cuidado porque en cualquier momento te pisa. Hay decisiones que no se explican y es importante que la gente sepa qué se está haciendo y por qué se toman determinadas decisiones. Por eso también es fundamental que como partido político empecemos a hacer un seguimiento de lo que pasa a nivel municipal.
¿Qué cambios nota entre el Concejo Deliberante que usted integraba y el de estos años?
Hay que revertir todo un fenómeno de despolitización, muy maligno y perjudicial, hecho con toda intención en Escobar durante muchos años, por medio del cual se fueron sentando en el Concejo Deliberante 10 ó 15 tipos que lo único que hacían era levantar la mano sin discutir absolutamente nada. Y los que están ahora quizás no tienen la culpa, porque llegaron aprendiendo eso y piensan que es normal. Ver las sesiones del Concejo Deliberante me da vergüenza y lástima. No tienen idea de nada, es muy triste.
A nivel personal, ¿qué representa este regreso a la militancia activa?
En principio, no tengo ningún otro tipo de expectativa que trabajar estos dos años como presidente. Uno nunca sabe, hace un tiempo atrás tampoco pensaba que iba a ser presidente del Comité, pero surgió la posibilidad de ser presidente y acá estoy. Pero no está en mi idea militar activamente para ser candidato a concejal o a intendente. No se trata de una proyección personal ni un escalón a nada. Sinceramente, no es mi intención ir por nada más.